A pesar de recuperarse de su última lesión y de su vuelta (el pasado 3 de enero), Kaká no ha demostrado en los 11 partidos en los que ha participado su mejor versión. Esa que le trajo al Real Madrid con la vitola de crack por 67 millones de euros.

Las pubalgias semicrónicas le traen por la calle de la amargura, pero lo cierto es que cuando ha estado al 100%, que es cuando hay que valorar a un jugador de fútbol, su nivel no es de los grandes cracks. El brasileño, relegado al banquillo para ser un secundario de lujo, sólo ha jugado el 32,4 de los minutos posibles desde que volvió de su última lesión, un contratiempo en su menisco en la rodilla izquierda que le mantuvo alejado de los terrenos de juego muchos meses y del que tuvo que operarse.

'Mou' no confía en él, y cuando lo hace, las pobres actuaciones del brasileño le dan la razón al luso. En Riazor, Kaká saltó al campo como titular por segunda vez (la primera había sido en Almería, otro partido en el que el Madrid se dejó dos puntos), pero tuvo que ser sustituido. Para más inri, los blancos mejoraron en su juego, metieron al Depor atrás, y no se llevaron los tres puntos sólo por el poco acierto de cara al gol. Todo ello sin kaká en el campo.

Además, el brsisleño recibió una bronca de su técnico cuando fue cambiado. Andando sobre el campo, Mourinho le gritó "¡Sal ya!".

Por eso, y según señalan los diarios deportivos, la paciencia de la directiva del Madrid se está agotando. Tanto incluso que desde el club se ha decidido escuchar ofertas por el brasileño de cara al próximo verano, según informa el diario As. La protección al crack por parte del club se está acabando y ya no es Benzema sólo el balnco de las críticas internas.

Un viejo conocido sale a la palestra, el Chelsea de Ancelotti, que según los medios ingleses, estaría encantado con tener al brasileño en sus filas.