Menudo fin de semana hemos vivido en Inglaterra. Impresionante. Sé que en este Tour de Francia, mi primer Tour, voy a tener momentos malos, pero estoy disfrutando muchísimo. Vivir un sueño de la niñez es una experiencia única. No sé ni qué tiempo he marcado en meta ni en qué puesto he culminado, pero debutar en el Tour ha sido suficiente para estar más que contento. Todo el recorrido ha sido impresionante por la gente, no hay otra palabra para definirlo. Me había imaginado cómo podría ser, pero hasta que no lo ves aquí no te das cuenta realmente de lo que es esto. Más de un millón de personas nos animaban y aplaudían en las cunetas el sábado, comentábamos después del prólogo entre los compañeros. Y eso que igual aquí, en el Reino Unido, no hay tanta tradición por el ciclismo como en otros lugares de Europa, como España o Italia, pero lo cierto es que no escuchaba casi las instrucciones del pinganillo cuando estaba corriendo. Y ahora, traslado al autobús y a pensar en la etapa de mañana. El Tour ya se pone serio.