Avalado por el mismísimo Johan Cruyff, Pep Guardiola se hará cargo del banquillo del Barcelona rodeado de muchísima expectación. Alguno en Barcelona cree que su inexperiencia le puede pasar factura y que la gran oportunidad le llega demasiado pronto, pero todos los que han trabajado con él opinan que está sobradamente preparado.

Como técnico, Guardiola es exigente y planificador. Muy trabajador, el todavía entrenador del filial del Barça, es el primero en llegar al trabajo y el último en irse. Le encanta trabajar la táctica, durante los partidos es vehemente y apasionado (esta temporada le han expulsado dos veces) y sabe imponer disciplina a sus jugadores: echa unas broncas que impresionan, aseguran varios de los jugadores que han entrenado con él esta temporada en el Barça B.

"En el banquillo no para. Me recuerda a Luis Aragonés", cuenta al diario El País uno de sus colaboradores. "Su exigencia va más allá del campo", dice otro.

Todo bajo control

Guardiola es de esos técnicos a los que les gusta tener todos los detalles bajo control, incluso el más nimio: tiene prohibido el uso de los teléfonos móviles en la ciudad deportiva del Barça en los autocares y multa todos los retrasos con 120 euros. También le gusta entrenar los días de partido y obliga a sus jugadores a estar a las doce de la noche en casa. "Le gusta tenerlo todo controlado y prefiere tener las cosas preparadas a improvisar", dice otro de sus colaboradores.

Todo esto ha empujado a Joan Laporta a apostar por el canterano de Sant Pedor. El dirigente confía en Guardiola para controlar un vestuario que a Frank Rijkaard se le escapó de las manos. ¿Será capaz?

Cruyff cree que sí y en su habitual columna de los lunes en El Periódico de Catalunya dice: "Guardiola domina ya los conocimientos que debe tener un técnico de un club como el Barça: qué representa el club, qué espera la hinchada del equipo, cómo quiere jugar, conoce el vestuario y el entorno".