Thomas Gravesen dejó huella en el Real Madrid, pero no por su fútbol sino por acciones como la ya legendaria 'Gravesinha' o por pegarse con Robinho en un entrenamiento. Y eso que su fichaje por el conjunto blanco estuvo a punto de no llegar a buen puerto.
Lo relata en una entrevista a 'FourFourTwo'. Gravesen, hoy centrado en su nueva vida relacionada con el póker en Las Vegas, relata que cuando se enteró del interés de un conjunto español de la capital, ni mucho menos creía que fuera el merengue, sino su vecino el Atlético.
"¿Qué opinas de Madrid?", le dijo en su momento su agente. "Yo pensaba que se refería el Atlético y por eso le contesté: 'Para eso me quedo, me gusta el Everton...'", dijo, sobre el equipo en el que militaba. "Es el Real Madrid", le replicó el representante, a lo que Gravesen no pudo hacer otra cosa sino alucinar: "¡¿Es el Real Madrid?! Vale... bueno, ¿qué están diciendo? ¿Qué dice David Moyes (entrenador de los toffees en ese momento)?".
Era el mercado de fichajes de invierno de 2005, y Gravesen firmó de inmediato. Jugó en el Real Madrid durante una temporada y media, y en agosto de 2006 se fue al Celtic de Glasgow.
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