El piloto de Fórmula 1 Lewis Hamilton se paseó por las calles de Malibú, una de las zonas más exclusivas de Los Ángeles, al volante de un superdeportivo Ferrari, marca competencia directa de su escudería Mercedes.
Lo más llamativo, sin embargo, fue que ese lujoso deportivo de la marca italiana sufrió algún tipo de percance porque Hamilton tuvo que llamar a la grúa para que se llevara su vehículo.
Según medios locales, Hamilton quedó para comer en Malibú con Corey Gamble, mánager de conocidas estrellas de la música estadounidense. El cuatro veces campeón del mundo de Fórmula 1 acudió a la cita al volante de una edición limitada del modelo LaFerrari Aperta, valorado en unos diez millones de dólares.
Sin embargo, el coche tuvo que ser remolcado por un vehículo de asistencia, momento que fue grabado en las calles de Malibú.
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