Fernando Alonso debuta en raids con un vuelco, un golpe con un pájaro, un pinchazo...

Fernando Alonso, al volante del Toyota Hilux durante la Lichtenburg 400.
Fernando Alonso, al volante del Toyota Hilux durante la Lichtenburg 400.
EFE
Fernando Alonso, al volante del Toyota Hilux durante la Lichtenburg 400.

Fernando Alonso ya sabe lo que es sufrir varios de los habituales y típicos problemas que de un rally raid. Volcar, dejar el coche más que magullado y seguir en carrera fue sólo el comienzo de un día caótico. Les ha ocurrido en el Lichtenburg 400, la prueba con la que el asturiano y Marc Coma se estrenan como pareja de manera competitiva al volante del Toyota Hilux.

El primer incidente ha ocurrido en el primer bucle de la mañana de este sábado, segunda jornada de la prueba, valedera para el campeonato de Sudáfrica de raids. Tras acabar tercero el viernes, el asturiano perdió el control del Toyota hasta volcar, destrozando el parabrisas y dejando seriamente tocada la carrocería del Hilux.

El susto obligó a piloto y copiloto a bajarse del coche, enganchar una cuerda e intentar ponerlo de nuevo de pie, con la ayuda de las asistencias de la prueba.

Alonso y Coma pudieron seguir en carrera y completar la primera especial del día, aunque con un serio susto en el cuerpo y más de 20 minutos perdidos frente al líder, Giniel de Villiers, dado que tuvieron que parar en el segundo punto de control para quitar el parabrisas y completar la etapa matutina sin él.

Las dificultades de rodar así son notables, ya que el viento y sobre todo el polvo y la tierra que se meten en el habitáculo, por lo que tanto Alonso como Coma decidieron tomar parte de la segunda mitad del día (en la que se repitió el recorrido de la mañana) sin competir y por libre para coger experiencia y kilómetros.Sin embargo, la tarde no fue cómoda ni mucho menos.

Como el propio Alonso tuiteó, se vio obligado a conducir con gafas de motocross porque no llevaba parabrisas, tragó mucho polvo y un inesperado accidente le hizo quedarse sin cristal de nuevo. Esta vez fue el atropello de un pájaro el que rompió el segundo parabrisas que montaban en el día, con lo que tuvieron que parar de nuevo. Para colmo, también pincharon.

Ha sido un buen examen para los posibles problemas que puede tener en el Dakar, si finalmente lo disputan.

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