Roger Federer, habitualmente sereno y contenido, dejó con la boca abierta a todos los aficionados del tenis en su último enfrentamiento ante Novak Djokovic, correspondiente a la semifinal del Masters 1000 de Miami.

El partido, saldado con victoria del serbio (3-6, 6-3 y 6-2), crispó al suizo, quien, emulando a John McEnroe, destrozó la raqueta tras tirarla al suelo.

La desesperación del ex mejor tenista del mundo no remitió tras este desahogo, ya que Federer, en la silla y en actitud despectiva, tiró dos botellas al suelo ante la sorpresa de los recogepelotas.

Por su parte, el escocés Andy Murray, cuarto favorito, derrotó al argentino Juan Martín del Potro (6-1, 5-7 y 6-2), sexto cabeza de serie, y será el rival de Djokovic en la final.