La selección sumó un nuevo y sonado fracaso ante Suecia (2-0) en una dolorosa noche que debe marcar un punto de inflexión. Es el final de un ciclo pese a que la Federación se haya apresurado a confirmar a Aragonés en el puesto. Las críticas comienzan a ser insoportables.

España ha perdido la ilusión y el desastre en Estocolmo deja la clasificación para la Eurocopa 2008 complicada. Mucho, ahora somos quintos en la clasificación.

Un juego pésimo

España no supo desenvolverse sobre el césped de Rasunda ni reaccionar a un gol tempranero.

El de Aragonés fue un equipo endeble y sin dirección. Falló en todas las líneas.

En defensa, donde tanto laterales como centrales estuvieron inseguros; en el centro del campo, donde no hubo nadie que asumiese la responsabilidad del mando; y en ataque, con Torres y Villa casi desaparecidos.

Un panorama negro que no supo disipar Luis Aragonés, con una actitud demasiado apática en el banquillo. Los cambios de jugadores hicieron (entraron Puerta y Luis García) que la selección tuviera una débil mejoría que hizo mantener la esperanza del empate.

Pero Allback sentenció tras un precioso contragolpe de Suecia. Fue la puntilla.

Sin rumbo y a la deriva

La selección de Luis está metida de lleno en una palpable depresión que no parece tener solución si no es con un golpe de mano rotundo.

Es España un equipo triste y apático en todos los sentidos. Dentro y fuera del terreno de juego.

Un grupo de jugadores a los que ahora se les pedirá compromiso y dirigidos por un entrenador con las ideas agotadas.

Se acabó la ilusión de Luis Aragonés

Llegó a este partido tocado. Todo se puso en su contra. Los goles de Raúl después de no ir convocado y las declaraciones de Joaquín añadieron sal a un herida abierta después del Mundial.

La derrota ante Suecia, un equipo vulgar que afrontó el partido con muchos problemas internos y con grandes ausencias como la de Ibrahimovic, puede ser ya un obstáculo insalvable para Luis y significar el final de un ciclo.