El equipo danés CSC se llevó la victoria en la contrarreloj por equipos de la quinta etapa del Giro, disputada finalmente sobre 35 kilómetros -en lugar de los 38 previstos por la organización- entre Piacenza y Cremona. Desde 1989 la carrera italiana no hacía uso de esta disciplina deportiva.

El equipo dirigido por Bjarne Rijs fue el mejor de principio a fin, marcando los mejores registros en todos los pasos intermedios.

Tan sólo los alemanes de T-Mobile pusieron en dificultades la victoria de etapa del equipo que lidera Ivan Basso, pero una falta de coordinación entre sus corredores en los últimos metros dinamitaron todas sus opciones al triunfo, que perdieron por un segundo.

Un T-Mobile totalmente entregado acabó los últimos kilómetros con cinco corredores. Pero cuando la meta estaba cerca y el equipo rodaba en tiempos de arrebatarle la victoria al CSC, el alemán Matthias Kessler no pudo seguir el ritmo, perdió rueda y se retrasó un importantes metros que acabaron siendo cruciales.

En meta, Kessler mostraba su desaprobación. En las contrarrelojes por equipos, el tiempo final del equipo no lo establece el primer corredor que entra en meta, sino el quinto.

Tras CSC y T-Mobile, se clasificaron el Discovery Channel y el Liquigas. El sabor agridulce de la derrota tuvo su recompensa para el T-Mobile.