El capitán de la selección española, Iker Casillas, ha reconocido que sigue siendo igual de tímido y que no le gusta "ser el protagonista".

"No me gusta ser protagonista de nada. Cuando te nombran desde la grada te crea nerviosismo, aunque te enorgullece e intentas agradecerlo. Soy muy vergonzoso y ayer intenté que el protagonismo fuese para todo el mundo", aseguró.

En cuanto a los momentos previos a la tanda de penaltis, el portero relató cómo lo vivió. "Vino Ochotorena y me dijo que si quería algún consejo. Le dije que no quería nada. Le pedí que me dejase a mí decidir dónde me tiraba", desveló.

Al parecer, el portero titular se juega el aperitivo con Pepe Reina y Andrés Palop a los penaltis. "Desde que nos jugamos el aperitivo se aprende mucho más y hace que te intereses más por los penaltis. Aunque es una lotería, tiene parte de culpa de las paradas", admitió.

Casillas contó que en el último penalti no pudo controlar los nervios y se dirigió al lanzador, Cesc Fábregas. "Le dije que por favor lo metiera como sea, que entrase el balón. Había mucha tensión".

Por último, agradeció el apoyo que recibe de la afición española y los consejos que le ha dado durante su carrera el seleccionador, Luis Aragonés. "Después de cuatro años, la relación con el mister se ha ido consolidando. Gran parte de mi experiencia se la debo a todos los veteranos que he tenido en la selección y lo que me ha inculcado Luis para madurar", dijo.