Bobby Fischer, un genio atrapado en su locura

  • Protagonizó 'la partida del siglo' en 1972 contra Boris Spassky.
  • Fue campeón del mundo durante tres años y después se retiró.
  • Fue perseguido por Estados Unidos acusado de traición.
  • Murió en Islandia, país que le dió asilo y le concedió la ciudadanía.

Bobby Fischer es uno de los ajedrecistas más polémicos de la historia, pero a la vez uno de los más carismáticos. Sus conflictos con el Gobierno de los Estados Unidos son casi tan famosos como sus míticas partidas con el ruso Spassky, pero la historia tiene guardado para él un lugar privilegiado, pues es el único estadounidense que ha sido campeón del mundo de ajedrez.

Nació en Chicago el 9 de marzo de 1943 y a los seis años se trasladó junto con su familia (su madre y su hermana) al neoyorquino barrio de Brooklyn, donde aprendió a jugar al ajedrez por su cuenta. A los 7 años se unió al club de su barrio, donde empezó a dar muestras de su potencial hasta que a los 14 años ganó el campeonato de los Estados Unidos.

Pero su gran momento llegó en 1972. Su enfrentamiento contra el campeón del mundo, Boris Spassky, fue calificado como 'la partida del siglo', porque no era únicamente una partida de ajedrez. En plena 'Guerra Fría', la partida fue considerada como el enfrentamiento entre el capitalismo y el comunismo, entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Y venció Fischer, acabando con el dominio de los rusos sobre los tableros desde 1948.

Fischer fue campeón del mundo durante tres años, hasta 1975, cuando sus desmedidas pretensiones antes de su enfrentamiento con Anatoly Karpov que fueron rechazados le hicieron perder el título por incomparecencia.

En ese momento comenzó el declive de un mito, sus excentricidades acabaron con su carrera, pues desde ese momento no volvió a jugar en público y llevó una vida repleta de excentricidades.

En 1992, participó en un encuentro de exhibición contra Spassky con motivo del vigésimo aniversario de la mítica partida, pero se iba a celebrar en Yugoslavia, país sobre el cual pesaba un embargo por parte de Estados Unidos.

Fischer hizo caso omiso de las advertencias de su país y acudió a disputar la partida, embolsándose los 3 millones de dolares de premio ofrecido por un magnate, lo que fue considerado por Estados Unidos como un acto de traición y que le llevó a ser perseguido por su propio país.

Fischer pasó un tiempo desaparecido hasta que en 2004 fue detenido en Japón cuando se dirigía a Filipinas, siendo encarcelado en espera de la extradición a Estados Unidos.

Pasó en prisión ocho meses hasta que Islandia le ofreció asilo político y le dio la ciudadanía islandesa, siendo trasladado a Reykjavík, donde pasó sus últimos días como un ídolo nacional.

Una larga enfermedad ha acabado con la vida de un mito. Para muchos un genio, para algunos un loco, el mundo del ajedrez llora la muerte de su figura más mediática.

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