Como quitándole hierro, pero al mismo tiempo liberándose, Luis Miguel Martín Berlanas mandaba hace unos días un correo con el siguiente asunto: "Lo dejo…". Y dentro del mensaje, una brevísima explicación encabezada por un melancólico "pues eso…".
Martín Berlanas, el vigente plusmarquista nacional de los 3.000 metros obstáculos, el ciclista oculto que perdió su virginidad escaladora sometiendo la ascensión a Sierra Nevada con una bici prestada, el atleta, se retira. Un corazón de león resignado con sus talones.
"Desde 1999 he venido compitiendo siempre con más o menos dolor y eso fatiga mucho", recuerda. Pese a esas molestias, le dio tiempo a colgarse un bronce en unos Europeos (2002), a ser quinto en dos finales olímpicas (Sídney 2000 y Atenas 2004) y a fijar una plusmarca nacional en Bruselas (8:07.44, en 2002). Pero cuatro operaciones en sus talones –una en el derecho y tres en el izquierdo, el problemático, el puñetero– han acabado por llevarlo a tomar esta decisión.
"Ahora estoy igual o peor que la última vez que pasé por el quirófano; y afrontar otro año de incertidumbres, sin garantías de ningún tipo... No era algo positivo. Sí me apetecía que mi hija, que tiene tres añitos, me viera correr", relata el atleta madrileño, que en enero cumplirá 38 años. En los Nacionales de este año, en Barcelona, participó con apenas dos meses de intenso trabajo y fue séptimo en la final. Allí volvió a resentirse, una vez más. "Me voy sin haber podido entrenarme con normalidad", añadía.
"Me debo un maratón"
Que abandone el profesionalismo no significa que Martín Berlanas deje de correr. "Y no sólo por una cuestión de salud, porque para cuando te entrenas a cierto nivel dejarlo de golpe es malísimo", recuerda, para añadir: "Me encanta el atletismo, me apasiona; tengo 37 años y no sólo recupero bien, sino que trabajo con ganas...". ¿Un sueño para esta nueva etapa?: "Como corredor, me debo a mí mismo un maratón; es un objetivo que me planteo".
Pinceladas
Nacimiento: Martín Berlanas vio la luz en Madrid el 11 de enero de 1972, aunque tiene nexos familiares con San Martín de Valdeiglesias.
Aficiones: Amante del ciclismo, los periodos de rehabilitación que tuvo que afrontar le permitieron practicarlo. En un rodillo, incluso, programó una escalada al Tourmalet.
Bronce: "No voy a negar que me hubiera gustado colgarme una medalla olímpica o mundialista". En los Europeos de Múnich de 2002 fue tercero tras Antonio Jiménez Pentinel (oro) y el neerlandés Simon Vroemen (plata).
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