Se dice que una victoria es pírrica cuando se consigue a un muy alto precio. Es lo que se puede decir de la que consiguió el pasado viernes el Bayern de Múnich, campeón de la Supercopa de Europa tras derrotar en la tanda de penaltis al Chelsea.

Tres de los jugadores más importantes del equipo bávaro, entrenado por Pep Guardiola, acabaron lesionados tras el encuentro. La lesión más grave es la de Mario Götze. El atacante, que ha llegado este año procedente del Borussia de Dortmund, recibió una dura entrada del brasileño Ramires que fue sancionada con roja. El resultado de este golpe es un desgarro en el tobillo que lo mantendrá tres semanas de baja.

El centrocampista Javi Martínez fue otro de los damnificados. Su compañero de selección Fernando Torres le pisó el tobillo y una vez en el suelo, el navarro se dolió de la rodilla. Las pruebas posteriores detectan que tiene un esguince, con un tiempo de baja no estimado.

El tercer lesionado es el holandés Arjen Robben, que también tiene afectada una rodilla, si bien no se debe a ninguna entrada en concreto.

Además, Guardiola tiene lesionados desde antes de la Supercopa a Thiago Alcántara y a Bastian Schweinsteiger.

Pese a estas lesiones, el entrenador del Chelsea, José Mourinho, se quejó del arbitraje del sueco Eriksson, diciendo que "si eres árbitro no puedes matar una final. Con un buen árbitro inglés, se para el parrtido y se pide a los jugadores que no se tiren".