Entre 2008 y 2014, hubo un equipo que nunca se perdió las semifinales de la Champions League. Seis años en los que, además, el FC Barcelona logró meterse en dos finales y levantar dos títulos (2009 y 2011). Desde entonces, y pese a disfrutar de los años de madurez de su gran estrella, Leo Messi, el Barça sólo ha alcanzado una vez esta ronda. Este martes, salvo debacle, romperá esa pequeña maldición ante la Roma, a la que superó ampliamente (4-1) en el partido de ida de cuartos.

En los últimos cuatro años, el Barça sólo ha superado una vez esta fase. Fue en 2015 y tuvo, eso sí, un final muy feliz: el triunfo de Berlín ante la Juventus (3-1), que certificó la quinta Champions y el segundo triplete en la historia del club. En los otros tres cursos, la aventura europea de un equipo llamado a las mayores empresas ha acabado mucho antes de lo esperado.

Desde su llegada al banquillo del Atlético de Madrid, hace ya más de seis años, Diego Pablo Simeone no ha sido capaz de ganar al Barça un solo partido de Liga. Y sin embargo, puede presumir de haber eliminado a los azulgranas en dos ocasiones con el telón de fondo de la Champions. En ambas ocasiones, los rojiblancos alcanzaron la final (y también en ambas la perdieron de forma cruel ante el Real Madrid).

La primera fue en la temporada 2013/14. Sólo unas semanas antes de ganar la Liga en el Camp Nou (con un empate), el Atlético sorprendió al Barça del ‘Tata’ Martino en su feudo con un 1-1. El brasileño Diego abrió el marcador y su compatriota Neymar firmó el empate. En la vuelta, decidió un gol de Koke a los cinco minutos.

La historia se repitió dos años después, en la 2015/16, con Luis Enrique al frente del Barça, vigente campeón. De nuevo se adelantó el Atlético, esta vez con un gol de Fernando Torres, que fue expulsado. El Barça dio la vuelta al partido con dos goles de Luis Suárez, pero en la vuelta sucumbió (2-0) con doblete de Griezmann.

El curso pasado, el Barça cayó ante la Juventus. De nada sirvió al final la remontada ante el PSG, en la ronda anterior. Como en el partido de París (4-0), el Barça mostró en Turín su peor cara (3-0) y fue incapaz de acercarse siquiera a remontar en la vuelta (0-0) los goles de Dybala (dos) y Chiellini.