El Athletic atenazado por la posibilidad de volver a meterse en problemas no se permite ninguna alegría y el Atlético, por mucho que trate de convencerse, se ha quedado sin objetivos.

Fue un choque insulso, plagado de errores, que sólo sacó de la atonía la irrupción del joven Fernando Marqués, inesperado protagonista de la primera mitad tras sustituir al serbio Mateja Kezman, lesionado a los diez minutos.

Dispuesto a aprovechar la enésima oportunidad de ser futbolista, Marqués fue el único que calentó el desangelado ambiente de un Vicente Calderón que, en el primer tiempo, no tuvo ni los cánticos del Frente Atlético, ausente en señal de protesta por el desalojo sufrido en el encuentro ante el Celta.

Marqués se movió por todo el campo, regateó, asistió a sus compañeros y también se precipitó, pero sobre todo, trató de jugar a otro ritmo, acelerar el cansino paso de un equipo previsible, rebajado por la apurada reaparición del argentino Ariel Ibagaza, por el mal momento de su compatriota Martín Galletti o por el insustancial juego del búlgaro Martin Petrov, al que de poco le ha servido la "jornada de reflexión" que le impuso Pepe Murcia ante el Espanyol.

La movilidad de Marqués y un par de internadas de Fernando Torres que, demasiado generoso en su partido 200 como rojiblanco, prefirió pasar a intentar el disparo, fueron todo el peligro que creó el equipo rojiblanco a un Athletic que, al contrario, gozó de la mejor ocasión para adelantarse en el marcador (m.38).

El conjunto de Javier Clemente, que a menudo recurrió a los balones largos hacia Ismael Urzaiz, no llegó al descanso en ventaja por dos buenas intervenciones de Leo Franco ante sendos disparos a bocajarro de Urzaiz.

Exceso de conservadurismo

Fue la mejor, pero no la única ocasión del Athletic, que cada vez que se animó a pisar el área contraria creó un incendio, reclamó un penalti por manos del francés Peter Luccin (m.57) y, dos minutos después, vio cómo un providencial cruce del colombiano Luis Perea evitó que Fran Yeste se plantase ante Leo Franco.

En el segundo tiempo, además, tampoco tuvo que arriesgar, porque el empate no le iba mal, por lo que Clemente situó a nueve jugadores por detrás del balón y esperó.

Como el Atlético no mejoró sin Ibagaza en el campo y se fue desesperando, sólo una acción afortunada o la aparición de Torres podrían frustrar los planes de Clemente; y ocurrió lo segundo.

El "Niño" provocó una falta al borde del área y, en el posterior lanzamiento de Gabi, buscó la espalda de la zaga bilbaína y remató de cabeza para conseguir un gol que ya no pudo remontar el Athletic, pese a su desesperado arreón final, en el que volvió a reclamar un penalti y tuvo una última ocasión que desperdició Fernando Llorente a puerta vacía (m.93)

Ficha del partido

Atlético de Madrid (1): Leo Franco; Molinero, Pablo, Perea, Antonio López; Galletti, Luccin, Ibagaza (Gabi, m.46), Petrov (Valera, m.77); Fernando Torres, Kezman (Marqués, m.10).

Athletic Club de Bilbao (0): Lafuente; Lacruz, Luis Prieto, Ustaritz, Casas; Murillo, Orbaiz; Iraola, Amorebieta (Dañobeitia, m.84); Yeste (Tiko, m.77), Urzaiz (Llorente, m.61).

Gol: 1-0: m.82: Fernando Torres, de cabeza. Arbitro: Alberto Undiano Mallenco (Comité Navarro). Amonestó a los locales Perea (m.46+), Fernando Torres (m.88) y a los visitantes Amorebieta (m.50), Urzaiz (m.58)

Incidencias: Partido de la trigésima tercera jornada de la Liga de Primera División disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 25.000 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de Miguel Pérez Cano, consejero del Atlético de Madrid.

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