«Necesitamos que nos ayudéis con el ‘¡que vayan a verla!’». Al menos en cuatro ocasiones dijo esa frase Carlos Velasco Carballo, presidente del Comité Técnico de Árbitros. El excolegiado siente que gran parte de las quejas que reciben es por el desconocimiento que tiene el aficionado sobre cómo funciona el VAR, implantando en la Liga española esta temporada y que acumula numerosas críticas.

De lo que no hay duda es de que los árbitros quieren acabar con el oscurantismo que durante tantos y tantos años ha rodeado a este colectivo. La llegada de Luis Rubiales a la RFEF propició el cambio de Sánchez Arminio, presidente del colectivo durante 25 años, por Velasco Carballo, trencilla recién jubilado que ‘colgó el pito’ hace apenas dos temporadas.

Y de transparencia presume el madrileño, que dirigió un curso de formación arbitral para periodistas en el que se expusieron numerosos casos concretos con jugadas reales del pasado Mundial para explicar cómo funciona el protocolo del VAR con el fin de que se explique de forma adecuada al aficioanado.

Velasco Carballo hizo especial énfasis en que ellos no deciden cómo funciona el VAR. "No está en nuestras manos, es la International Board", aclaró para dejar claro que no se les puede pedir que hagan cosas que no les está permitido.

Pero cada jornada hay lío con el VAR. Su aplicación crea confusión e indignación, este fin de semana por dos casos: uno, el gol de Kondogbia al Leganés en el que pareció haber falta previa, y otro, sin duda el más mediático, el penalti señalado sobre Casemiro ante el Levante.

Es el aspecto más controvertido, y en el que más desconocimiento hay. Carlos Clos Gómez, exárbitro y encargado del proyecto VAR, explicó que el colegiado solo va a la pantalla si el VAR le llama. "El árbitro debe arbitrar como si el VAR no existiera, como se arbitraba hace un año y toda la vida", resaltó el zaragozano. Es decir, y para que quede claro, el árbitro jamás puede decidir por su cuenta que tiene dudas e ir al ver el monitor.

La otra clave del asunto y que ha generado, y generará, mil polémicas, pues se trata de un hecho absolutamente subjetivo. "El VAR solo llama al árbitro si tiene una evidencia de un error claro y manifiesto". Pero… ¿cuándo es un error claro y manifiesto? Lo que para uno es evidente, para otros no tanto. "Hay que elevar un punto el listón de exigencia. Que a pesar de que tú lo veas claro, intentar entender si crees que otra persona también ve claro lo contrario".

Y cómo se sabe qué es claro y qué no. "Con horas y horas de trabajo, de ver vídeos en común. Al final te das cuenta de cómo piensan los demás".

El trencilla debe actuar como si la tecnología no existiera. Si tiene dudas, da igual, debe de tomar una decisión y seguir con el partido. En el caso de las denominadas ‘jugadas grises’ (las que no está absolutamente claro lo sucedido), el VAR no entrará. Sí lo hará para corregir "errores claros y manifiestos".

La sala VOR revisa absolutamente todas las jugadas en las que hay un gol y también en las que puede haber una expulsión o un error con la identidad del jugador. Tras observar repetida la jugada en todas las ocasiones en las que sea necesario, el VAR solamente avisará al árbitro si se trata de un error clarísimo. En caso de duda, la decisión inicial del colegiado prevalece.

Cuando desde la sala se le informa al árbitro de que ha podido cometer un error, éste se acerca al monitor y revisa la repetición. Tras ver la jugada, la decisión es del propio colegiado, que puede rectificar su decisión (en teoría, debería ser lo más común) o reafirmarse en su idea inicial.

Hay casos en los que la sala rectifica una decisión del árbitro y éste no va a verla. Se trata de los fueras de juego (o hay, o no hay, el colegiado solo es informado), hechos geográficos o factuales (si una falta la ha hecho un jugador y no otro o si la falta ha sido dentro o fuera del área) y si el balón ha entrado o no en la portería. En este último caso, como no hay tecnología de gol, el VAR es solo orientativo, no exacto, algo que se vio con el gol de Jesé para el Betis en la jornada 24. Si no hay error manifiesto, lo decidido por el árbitro prevalece.

En hechos subjetivos, como penaltis (en los que para el VAR el árbitro haya tomado una decisión erronea), tarjetas rojas o fueras de juego por interferencia. Este último caso, polémico por lo sucedido en el Ajax-Real Madrid, se ha dado en cuatro partidos de la Liga española, y en todos ellos el árbitro acudió a revisar el monitor, aspecto en el que quiso incidir Velasco Carballo.

CASOS PRÁCTICOS DE LA ÚLTIMA SEMANA

El colegiado no lo vio, fue llamado y acudió: Caso clarísimo de cuándo el VARavisa. El error es manifiesto, la mano de Bardhi es evidente porque la extiende para protegerse e Iglesias Villanueva fue a revisar la jugada al monitor tras ser avisado. Al ver con claridad la mano y que era dentro del área, señaló el penalti. Acierto absoluto e indiscutible.

Parecido al penalti anulado a Neymar: Velasco Carballo puso como ejemplo de acierto el penalti anulado a Neymar en el Mundial, cuando fue agarrado pero claramente con fuerza insuficiente. El VAR llamó al árbitro, que rectificó. En la jugada de Casemiro, se aprecia con claridad que el contacto de Doukouré no es suficiente. ¿Por qué no avisó el VAR?

Casos parecidos, distintas actuaciones: El miércoles, en Champions, Morata empujó a Chiellini, y el VAR llamó al árbitro. Tras verla, anuló el gol. El sábado, en la Liga, Kondogbia empujó a Bustinza, y el VAR no llamó al árbitro, fue gol. La clave puede estar en la descripción del árbitro de la acción. Si vio empujón y consideró que no era suficiente, el VARno entra.