La tensión en la selección española de fútbol es palpable. Ni siquiera la victoria conseguida ante Francia (1-0) , que servía de revancha después de la eliminación del último Mundial, ha servido para apaciguar los ánimos en el combinado nacional.

En la llegada a Madrid del AVE procedente de Málaga, se apreció cómo el director deportivo, Fernando Hierro, el seleccionador, Luis Aragonés, y el presidente de la Federación, Ángel María Villar, se ignoraban por completo y no gastaron ni un segundo en despedirse entre ellos.

El presidente Villar se negó a hablar sobre el futuro del seleccionador al frente de España.