De las malas experiencias siempre se extraen buenas enseñanzas. Así piensa Ana Torrijos, campeona de España de 60 metros vallas (2010, 2011 y 2012) y de 100 metros vallas (2010). Mientras se ha recuperado de una lesión, la valenciana ha comenzado su carrera en el rugby seven, que será olímpico en Río 2016, un cambio fulgurante que le ha llevado hasta la selección española.

"En diciembre de 2012 me rompí el gemelo y estuve siete meses parada. Este año, en septiembre, me planteo empezar la pretemporada en otro lugar que no sea la pista porque el piso es duro, y no sabía cómo iba a responder, y porque no quería tener la sensación de sufrir en la pista", recuerda Ana. Y prosigue: "Tenía amigas jugando al rugby, así que me lo dijeron y probé. Además, podía empezar a recuperarme sobre césped, mucho más blando que el tartán".

Su fulgurante aparición le ha llevado, en poco más de dos meses, a fichar por el equipo de la Universidad Politécnica de Valencia, a ser reclamada por la selección valencia -con la que fue segunda en el Campeonato de España- y a ser llamada por el seleccionador nacional de rugby seven, Tomás García, para una concentración con las leonas de diez días en Valladolid, que se celebró a finales de octubre. Torrijos ha vuelto a ser convocada para una preselección de 18 jugadoras, de las que 12 irán a la parada de Dubái de las Series Mundiales de los próximos 28 y 29 de noviembre.

"La verdad es que no tengo ni idea de las reglas y no he visto ningún partido por la televisión. Además, vengo de un deporte individual en el que nunca he tenido que defender, ni atacar. Lo que más complicado me está resultando es tener visión de juego: saber dónde están mis compañeras, contar con eso y elegir correctamente cada jugada", explica.

Obviamente, ninguno de sus recientes entrenadores de rugby tuvo ninguna duda sobre cuál sería su posición: "Finalizadora, pero no estoy solo para correr. También tengo que fijar bien a la defensa contraria, pasar, proteger mi zona... Empecé entrenándome muy suave e intento que el gemelo no sufra muchos impactos en los saltos o en los placajes. En este sentido también me estoy probando. Me han pisado el gemelo y luego responde. A veces tengo molestias y dolores y, aunque no quiera, mi cabeza piensa en la lesión cuando comienzo una carrera".

La lesión no trajo consigo solo el malestar físico, sino también la pérdida de la beca deportiva y de cualquier ayuda de la que disfrutara. "Solo me queda lo que tengo ahorrado y mi trabajo en la escuela de atletismo del Valencia Terra i Mar por las tardes. Acabé cansada, harta y angustiada del atletismo", comenta una chica que a sus 26 años es Licenciada en INEF, Diplomada en Magisterio, tiene un Máster de Educación Secundaria y ha empezado a estudiar inglés por la mañana.

Las buenas sensaciones sobre el campo de rugby inclinan la balanza hacia este deporte en sustitución del atletismo: "Sigo rehabilitándome. Cuando esté al 100% me decidiré por el deporte en el que vea más futuro. No se pueden compaginar ambos a alto nivel. Por edad quizás tenga más recorrido en el rugby, sobre todo, si sigo con esta progresión".

Llegará el momento de la decisión. Hasta ese día Ana Torrijos lo tiene claro: "Hago rugby para disfrutar. Puesta a no cobrar, prefiero no cobrar en rugby. Me lo paso bien, disfruto y me estoy recuperando. Con el atletismo estaba sufriendo".