El Atlético de Madrid tumbó al Borussia Dortmund (2-1) en el Metropolitano para acercarse a las semifinales de la Champions League, en un primero duelo de cuartos de final que dejó una imagen de máxima tensión en los banquillos: el enganchón entre Simeone y Kehl.

El crono marcaba el minuto 60 cuando una acción sobre el terreno de juego desató el enfado al otro lado de la línea de banda: Emre Can se dolía sobre el césped tras un duelo con Rodrigo de Paul, pero el balón siguió en juego, primero, para los alemanes y, más tarde, para los colchoneros, que buscaron una contra.

Fue ese ataque del conjunto rojiblanco el que hizo saltar al banquillo borusser, que recriminó a su rival no tirar el cuero fuera para que el centrocampista alemán pudiese ser atendido.

La actitud de los germanos, y especialmente la de Sebastian Kehl, director deportivo del Borussia Dortmund, no gustó nada al Cholo Simeone, que se acercó a él hecho una furia para recriminarle sus protestas.

El argentino llegó, incluso, a empujar al alemán, que lejos de rehuir el enfrentamiento se encaró con el técnico atlético. Al final, la cosa no fue a más, pues miembros del cuerpo técnico de Simeone se encargaron de separarlos para que todo quedase ahí.