Tocara el sorteo que tocara, una cosa estaba clara: los duelos de cuartos de final de la Liga de Campeones tenían el morbo asegurado. Y finalmente ha sido así, principalmente por los duelos que disputarán Real Madrid y Barcelona.

En primer lugar está el duelo estrella de las eliminatorias: el choque entre el equipo madridista y el Manchester City, actual campeón de la competición. Al equipo de Ancelotti no podía haberle tocado peor rival, con el recuerdo de la pasada edición aún presente y la goleada que aún escuece: aquel 4-0 de mayo de 2023 en el que el Real Madrid fue borrado del campo.

Además, en el banquillo citizen está Pep Guardiola, un técnico de corazón azulgrana y que siempre se crece cuando el rival viste de blanco. Y en la delantera, Erling Haaland, posiblemente el mejor goleador del mundo. Sin duda, al Real Madrid le ha tocado enfrente un equipo casi imbatible.

Y por otro lado, el Barcelona-PSG, con muchísimos recuerdos alrededor (el 6-1 de 2017, por ejemplo) y dos nombres propios por encima de todos. Primero, Luis Enrique, técnico parisino, otrora inquilino del banquillo azulgrana y con ganas de reivindicarse ante su antiguo club. 

La motivación del asturiano será extra, pero diferente a la de Kilian Mbappé, la megaestrella francesa. Tras anunciar su marcha del PSG a final de temporada, no hay quien no relacione al jugador con el Real Madrid. Y ahora llega el Barcelona... Poco más hay que decir.

El tercer nombre para esta categorías de rencillas pendientes es el de Dembélé, fichado por el equipo culé por una millonada y que nunca terminó de rendir, bien por lesiones, bien por falta de actitud. Ahora, regresa a su antigua casa.

Sin duda el equipo mejor parado de este sorteo ha sido el Atlético de Madrid, que tendrá enfrente al Borussia Dortmund, un equipo joven, rápido y con menos pedigrí que los otros rivales, un arma de doble filo para los de Simeone.