Casi 100 días, poco más de tres meses, han pasado desde que la temporada 2023 de Fórmula 1 llegase a su fin con el Gran Premio de Abu Dhabi, coronando a Max Verstappen como tricampeón del mundo en la campaña más dominante jamás protagonizada por un piloto y una escudería, Red Bull, en toda la historia del 'Gran Circo'. Y, por fin, regresa la alta velocidad a nuestras vidas con el Mundial 2024, el más largo (24 carreras) de la historia y, probablemente, uno de los más apasionantes.
La batalla campal entre los 20 pilotos que compondrán la parrilla promete ser más encarnizada que nunca y alcanzar tintes históricos. Se conocen a la perfección, no habrá debutantes ni rostros nuevos por primera vez en la historia, y todos tendrán un objetivo en común y una misión muy concreta: sobrevivir al cruento enfrentamiento por ser segundo equipo y destronar a Verstappen para poner fin a la tiranía y el dominio del neerlandés y de Red Bull. Ellos, por su parte, seguirán obsesionados con ganar y batir récords.
Se antoja difícil, muy difícil, usurpar el trono de 'Mad Max'. Una tarea titánica que bien podría formar parte de las famosas 12 misiones de Hércules; un desafío apto sólo para un semidiós del volante. Por eso, más allá de fantasía y de sueños, habrá muy pocos candidatos a disputarle a Verstappen el título mundial, el que supondría su cuarto consecutivo y le permitirá presentar candidatura al mejor de todos los tiempos.
Palabras mayores, aunque no hay nada imposible para él ni para la escudería austriaca, que parece haber encontrado un año más, gracias al genio de Adrian Newey, la clave para que su monoplaza marque la diferencia. Porque sí, Verstappen es buenísimo, pero es el RB20 el que apunta a desequilibrar antes de tiempo de nuevo el Mundial. El año pasado, solo dos ganadores distintos en 22 carreras, y uno de ellos fue su compañero, 'Checo' Pérez, que tiene ante sí la reválida de su vida para conservar el asiento en Red Bull.
El otro mortal capaz de cuestionar la hegemonía de los toros rojos fue Carlos Sainz, que tendrá como el mexicano un año para demostrarle a Ferrari el error que ha cometido prescindiendo de sus servicios a partir del año que viene. El talento lo lleva en la sangre, y tendrá más motivos que nunca para dejarlo fluir y demostrar que es, como mínimo, un piloto muy parejo a Charles Leclerc.
Con la llegada de Lewis Hamilton a la Scuderia, además, el paddock se prepara para una revolución en toda regla en 2025 para la que el piloto madrileño quiere estar preparado en busca de un volante libre que ofrezca garantías. Habrá un baile de asientos en la parrilla como no se recuerda, pero antes todos deberán dar el máximo para intentar asaltar los campeonatos de pilotos y de constructores.
Por desgracia para muchos y en detrimento del espectáculo, Red Bull sigue pareciendo inalcanzable, pero en Fórmula 1 nada está escrito y menos cuando habrá en pista otros dos campeones mundiales con mucho por decir. El propio Hamilton, al que le gustaría marcharse de Mercedes por todo lo alto; y por supuesto Fernando Alonso, que volverá a buscar la ansiada '33' y, si todo va bien, quién sabe si el Mundial.
El piloto asturiano afronta su vigésimo primera temporada en Fórmula 1 con más ganas e ilusión que nunca, como un chaval de 42 años al que, además, se le están abriendo grandes opciones para el futuro. Si Aston Martin rinde según lo esperado, su vínculo quedará ampliado sin duda, pero la tentadora opción de Mercedes, sobre todo de cara a la nueva reglamentación en 2026, es muy atractiva. Poco le importará, porque vive por y para competir y eso hará, exprimiendo el AMR24 hasta sus límites y consciente de que este año no sufrirán los problemas de desarrollo de la pasada temporada.
Además, la igualdad justo por detrás de Red Bull será aún mayor que el año pasado. Ferrari, Mercedes, Aston Martin y McLaren: todos partirán de una posición parecida en cuanto a rendimiento y prestaciones, y parece que todos lograrán evolucionar más y mejor que nunca para estrechar ese margen con la escudería austriaca. Los podios, y por supuesto las victorias estarán más caros que nunca.
Incluso entre los equipos más rezagados, la pelea promete estar apretada, con Alpine cayendo en desgracia junto a Haas, y RB y Williams dando un paso adelante. Sauber, en tierra de nadie, espera la llegada de Audi como agua de mayo. Aun así, como no puede ser de otra manera, la gran incógnita, la que resolveremos en los próximos nueve meses, es si los equipos punteros serán capaces de verdad de inquietar a Red Bull, o si viviremos un nuevo 'día de la marmota' de final predecible con el himno de los Países Bajos como banda sonora. Soñar está permitido.
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