Carlos Alcaraz se llevó este miércoles con remontada el último cara a cara de 2023 ante Novak Djokovic en el duelo de exhibición de la Tennis Cup de Arabia Saudí (4-6/6-4/6-4). El partido, un mero 'entrenamiento televisado' sobre el papel, se convirtió en una verdadera batalla entre los dos primeros jugadores del ránking y terminó con un marcador que fue toda una declaración de intenciones de Alcaraz a falta de dos semanas para el arranque del Open de Australia.
El duelo había generado una expectación poco habitual de este tipo de exhibiciones de temporada, pero no era para menos, pues los petrodólares habían conseguido volver a cruzar a los dos mejores del mundo en el último suspiro del año. La puesta en escena, con fuego y espectáculo de luces, dio entrada a un partido mucho más espectacular de lo que incluso se preveía.
El partido no otorgaba puntos, tan solo un trofeo que para las vitrinas de estos dos colosos supone tan solo un 'souvenir', por lo que aquello que realmente estaba en juego era el honor de una rivalidad que ya ha traspasado todas las facetas del juego. Apenas faltan días para el arranque del curso 2024 y este cara a cara era la oportunidad perfecta para sacar músculo y minar la moral del oponente.
Con esta dinámica, el partido necesitó apenas unos pocos intercambios para alcanzar un nivel de fuego real, como si de un partido eliminatorio se tratase. Alcaraz empezó con un break, no iba en broma el español, y Nole tuvo que activar el 'modo apisonadora' para pararle los pies. El serbio se activó en segundos, como si no hubiera parado de jugar al mismo nivel desde el Masters Finals, y dio la vuelta al marcador para hacerse con el primer set.
Alcaraz, pese a ceder el primer episodio del partido, mostró todo lo que parecía perdido en el tramo final del curso. La sonrisa, las derechas a quemarropa, los restos paralelos imposibles e incluso esas dejadas precisas... se notaron los efectos del 'campamento militar' preparado por Ferrero para esta pretemporada y los resultados no tardaron en dejarse ver.
En el segundo set el partido terminó de entrar en el terreno de la rivalidad y tensión máxima. Cada punto valía oro. El compadreo entre los dos rivales, constante en todo el duelo para la gracia de los aficionados presentes, incluso se matizó, los dos jugadores suavizaron el tono de broma para pasar a actuar celebraciones reales.
Alcaraz se hizo con el segundo set haciendo gala de un gran servicio y de la recuperación de ese juego 'pizpireto' y lleno de imprevistos para sus rivales. Buena noticia en la Juan Carlos Ferrero Tennis Academy, doblemente buena para el público de Arabia Saudí sedienta de un tercer set del mejor tenis del momento.
En la manga decisiva hubo de todo: breaks, ventajas de infarto, puntos increíbles, alguna carita de Djokovic... En la mente de ambos el duelo se había convertido en una prueba de fogueo real y el serbio intuyó problemas de futuro a corto plazo en el acierto del pupilo de Juan Carlos Ferrero.
Carlitos estuvo a punto de tirar el partido por la borda, pero en un ejercicio de concentración total, logró un break y la sentencia con su saque de un partido que vale más que la foto y el caché recibido. Alcaraz ya ha avisado, ha recordado al número uno el gran esfuerzo que va a tener que hacer cuando, en vez de un 'entrenamiento televisado', cada bola valga puntos para ganar títulos de Grand Slam y asaltar la cima del ránking mundial.
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