Francesco 'Pecco' Bagnaia se coronó este domingo campeón mundial de MotoGP por segunda vez consecutiva con una victoria en la última carrera de la temporada en el GP de Valencia. El italiano, que partió primero y tuvo que aguantar las embestidas de Jorge Martín en las primeras curvas, corrió sin presión desde el brutal impacto entre el madrileño y Marc Márquez en la quinta vuelta, ya como campeón del mundo, hasta ver la bandera a cuadros en el Circuito Ricardo Tormo.

Se podía masticar la tensión en la parrilla. Todos los ojos estaban en dos hombres, en el líder del Mundial Pecco Bagnaia, que partió de la pole tras la sanción de tres puestos a Viñales, y su perseguidor Jorge Martín, que debía salir con el cuchillo entre los dientes desde la sexta posición para lanzarse a por el italiano.

No defraudó el madrileño con una salida sensacional y apenas tardó un par de curvas en colocarse pegado a la rueda del italiano. Los dos mejores pilotos del año rodaban muy por encima del resto y pronto se separaron del 'pelotón' de pilotos que llegaban a la última cita del curso sin nada en juego.

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La batalla se preveía infernal, pero no duró demasiado. Bagnaia esquivó los ataques del piloto de San Sebastián de los Reyes y evitó cualquier error de su tambaleante moto. Mientras, Martín apretaba al límite de cada centímetro para hacerse con un liderato de carrera insuficiente -salvo descenso de Bagnaia hasta la sexta plaza- para hacerse con el título.

El error llegaría por parte del español en un gesto que significaría prácticamente el adiós a todas sus opciones. Martín se pasó de frenada al tomarse el rebufo al italiano, casi se lleva por delante a su rival y acabó saliéndose del trazado para evitar un mal mayor.  Pudo volver a la pista, pero le tocaba remar desde la octava posición mientras Pecco campaba en el liderato a sus anchas.

La victoria de 'Martinator' era misión imposible, aunque el guerrero no se dio por vencido al asumir una estrategia 'kamikaze' para volver a la batalla. No tardó en adelantar al pequeño de los Márquez, pero no se lo puso tan sencillo Viñales.  Apenas habían pasado cinco vueltas y cada curva mostraba la conducción precipitada de Jorge Martín. Fue entonces cuando llegó el desastre.

Superó a Viñales y pegó su rueda a la de Marc Márquez, de nuevo se volvía a encontrar con el catalán como en la sprint del sábado, aunque esta vez quien se pasó de la raya fue el madrileño. A diferencia de lo ocurrido en el pasado GP de Portugal, fue 'Martinator' el que se pasó de frenada y trastabilló con la rueda delantera la Honda de Marc. El de Cervera salió volando y cayó con dureza en el asfalto a la vez que Martinator -con algo más de suerte- se fue a la grava, pero ambos se vieron obligados a abandonar.

Al siguiente paso por la recta de meta Bagnaia ya vio en el cartelón la notificación de la caída de su rival por el título. El pescado estaba vendido a falta de 21 vueltas para el final.

El italiano bajó pulsaciones, aunque ni la caída podía ya arrebatarle el título, y pilotó cómodo hasta el final. Bagnaia incluso perdió el liderato ante Binder y Miller, no quería meterse en líos que no le tocaban.

Las cámaras se desviaron del trazado y apuntaron al interior del box del equipo Pramac Racing de Jorge Martín. Allí llegó el piloto totalmente destrozado, incapaz de quitarse el casco para no mostrar las lágrimas de rabia mientras su equipo le brindaba una gran ovación.

La imagen era completamente opuesta en el boxes rojo de Ducati, allí la felicidad era extrema, se cantó la victoria mucho antes de que su campeón viera la bandera a cuadros.

Bagnaia terminaría cruzando la línea de meta sin hacer esfuerzos extra, Miller, líder en los últimos giros, se fue al suelo y le cedió un primer puesto que mantuvo hasta el final a pesar de las embestidas de Fabio Di Giannantonio. Final redondo para el bicampeón, emocionado en su abrazo con Valentino Rossi en la pista valenciana, y eufórico en su celebración con la marea roja que le vio ganar su segundo Mundial consecutivo en un apasionante final de temporada.