Vinícius Jr. se encuentra permanentemente en el ojo del huracán, y aunque muchos le acusen de provocador o de arrogante, lo cierto es que en la mayoría de casos él únicamente se limita a jugar al fútbol y a disfrutar de cada partido y de cada jugada. Sin embargo, siempre es objeto de burla e insulto por aficionados rivales a la mínima ocasión.

Aun así, existe una amplia diferencia entre el trato recibido por los fans, guiados por la efervescencia de la rivalidad en momentos puntuales, y los ataques personales cuando provienen de profesionales del fútbol. Este último fue el caso que tuvo que aguantar Vinícius la pasada noche de parte de un directivo del Barça en vísperas del primer clásico de la temporada.

"No es racismo, se merece una colleja por payaso y vacilón, qué representan estas bicicletas innecesarias y sin sentido en el centro del campo", escribió Mikel Camps, portavoz de la junta directiva del Barça, en referencia a una jugada del brasileño ante el Braga en la que mareó a Serdar con hasta diez bicicletas en estático que, eso sí, no sirvieron para mucho. 

Mikel Camps, portavoz de la Junta del Barça, estalla contra Vinícius: "No es racismo, se merece una colleja por payaso y vacilón"

El brasileño remató la faena intentando un caño que no le salió, y otro de sus rivales envió directamente el balón a fuera de banda. El directivo azulgrana lanzó su crítica, o más bien insulto, en un post en la red social 'X' que tuvo que acabar borrando, pero que se hizo viral en segundos y provocó un revuelo tremendo.

Rodrygo Goes, compatriota y amigo inseparable de Vinícius en el Real Madrid, no quiso desaprovechar la ocasión y salió en defensa de su compañero al acabar el encuentro, en zona mixta. Ante los medios, el goleador de la noche aseguró que "es lamentable" el ataque recibido por parte de Camps.

"No sé ni si puedo hablar sobre eso porque el club siempre nos orienta a no hablar, pero es lamentable, no hay mucho que decir, muy feo", respondió Rodrygo en defensa de Vinícius en la zona mixta del estadio Nacional de Braga. El clásico en Montjuïc va cogiendo forma y va tomando color, pero de la peor manera posible.