El partido entre el Villarreal y el Rennes de Europa League se convirtió en una de las noches más bonitas para Pepe Reina desde que llegó al submarino amarillo. El guardameta, en un momento complicado por su papel en el equipo, se convirtió en el héroe tras parar un penalti en los minutos finales.

El veterano portero de 41 años logró detener el lanzamiento de Terrier desde los once metros en el 92 y, tras ello, no pudo contener las lágrimas, sabiendo que, esa noche sí, él había sido el salvador de su equipo para ganar tres importantes puntos trascendentales para acceder a la siguiente fase.

"Queda muy poco y hay que disfrutarlo. Hay veces que el trabajo te recompensa y es un año distinto, en el que toca sumar y ayudar. Filip está creciendo mucho. Esta victoria nos mete en la pelea por estar ahí y nos permite cambiar la dinámica", afirmó tras el encuentro.

Además, fue un momento muy especial porque también recibió el cariño de sus compañeros, lo cual considera "lo más bonito". "En este trabajo hay muchos días ingratos y hoy toca disfrutarlo. La alegría es enorme. Le dedico este momento a todos los que me acompañan en este viaje. Mi mujer y mis hijos están por encima de todo", aseguró Reina.

Una temporada complicada

El futbolista, ya en sus últimos compases de la carrera profesional, está teniendo pocas oportunidades bajo el arco del Villarreal. Su compañero Filip Jörgensen está asentándose como uno de los guardametas más seguros de LaLiga, siendo trascendental para el equipo.

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El campeón del mundo español ya fue el portero titular del conjunto groguet en el primer partido de Europa League, donde cayó 2-0 frente al Panathinaikos. Sin embargo, con esta parada antológica ante el Rennes, Pepe se ha quitado un peso de encima.