Fulminante victoria de la Real Sociedad ante el Salzburgo (0-2). Media hora le bastó al equipo txuri-urdin para tumbar a su rival en su propio feudo —con goles de Oyarzabal y Brais Méndez— y poner fin a la mala racha de 13 victorias sin ganar en Champions League que le perseguía. 

No ganaba el conjunto donostiarra en la máxima competición continental desde su triunfo en Estambul ante el Galatasaray en 2003. Más de una decena de partidos después, el equipo de Alguacil vuelve a saborear el triunfo para certificar su gran momento con un partido en el que desarmó a los austriacos, siempre peligrosos ante su gente, y apenas les permitió disparar a puerta. 

Pese al desgaste del derbi ante el Athletic Club, el técnico vasco no realizó demasiados cambios, más allá de la entrada obligada de Aihen Muñoz por el lesionado Tierney y la del capitán Mikel Oyarzabal por Sadiq en punta, y como ya le sucediera ante el Inter de Milán, la Real arrancó bien el choque y encontró muy pronto premio para ponerlo de cara.

Fue precisamente el '10' el que abrió el marcador a los siete minutos. Tras un par de avisos suyos y de Barrenetxea, el canterano demostró que poco a poco se está reencontrando con el futbolista que era antes de su grave lesión de rodilla y definió con precisión y finura un balón que le llegó dentro del área para poner el balón lejos de Schlager y hacer el 0-1.

El conjunto austriaco trató de rehacerse a este primer golpe, pero se topó con el orden defensivo txuri-urdin, que apenas le dejó maniobrar y que únicamente le permitió un susto en los primeros 45 minutos, el de Konaté, que no acertó a rematar con precisión un balón largo que le había dejado con el pecho Simic.

La Real supo imponer su calidad de mediocampo hacia arriba ante su joven rival, que no dudó en volcarse en busca del empate, con cierto desorden que le costó que la desventaja se ampliase. El Salzburgo perdió un balón en las inmediaciones del área y el equipo guipuzcoano lo transformó en un rápido y letal contragolpe, que casi inició Brais Méndez en su propio campo para culminarlo él mismo. El gallego, pese a tener a dos compañeros desmarcados, se la jugó en su conducción y con un disparo suave y preciso superó a Schlager.

El Salzburgo mejora sin éxito

El tanto hizo daño a su rival que a renglón seguido estuvo a punto de recibir el tercero tras un gran centro de un activo Barrenetxea que no acertó a rematar Oyarzabal para casi sentenciar un partido que tras el descanso varió algo en su guión por la reacción del campeón de Austria.

Gerhard Struber metió tres cambios inmediatos para los segundos 45 minutos y el Salzburgo salió con ánimos renovados en busca de poner emoción al duelo. Cerca estuvo de conseguirlo cuando el colegiado señaló penalti de Remiro sobre Simic, pero tras consultarlo con el monitor decidió anularlo para alivio realista.

La Real Sociedad ya no tenía tanto el control y prefería jugar sus bazas en sentenciar al contragolpe ante un rival que pese a su mejoría no terminaba de meter miedo en el área txuri-urdin. Alguacil refrescó su ataque para aprovechar con energía los espacios con las entradas de Carlos Fernández y Ali Cho, mientras que Oyarzabal volvía a probar suerte sin sorprender esta vez a Schlager.

Carlos Fernández tuvo otra buena opción tras un buen robo del '10' para sentenciar un partido sin demasiada historia en su cuarto de hora final, con buenos intentos finales de Simic y Capaldo para los locales, y que confirmó una victoria importante, cuarta consecutiva, para la Real de cara a sus aspiraciones de estar en los cruces.