Durante unos 20minutos de discurso, el presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, se reafirmó en su posición de seguir en el cargo y emprender acciones legales contra los que le han criticado.

Rubiales definió el beso a Jennifer Hermoso como "un pico consentido" y pidió disculpas por su gesto de agarrarse los testículos en el palco de la final del Mundial.

Como también era de esperar, fue terminar su diatriba y las redes sociales descargaron un diluvio de reacciones. Entre las primeras llegó la de Iker Casillas, quien llegó a postularse como rival de Rubiales por la presidencia federativa. El exportero madridista no pudo ser más elocuente con menos palabras: "Vergüenza ajena".

Casi acto seguido, Casillas ha escrito otro tuit lamentando que lo sucedido haya eclipsado el éxito de la selección femenina de fútbol.