Después del interminable parón veraniego de la Fórmula 1, que al menos permitirá a equipos y pilotos afrontar la segunda parte del campeonato con energías renovadas, la competición regresa al 'Gran Circo' y lo hace en casa del vigente campeón, Max Verstappen, que si nada cambia se encamina a su tercer Mundial consecutivo.

Y para recibir por todo lo alto a su héroe e ídolo, al mejor piloto de la historia de su país, la pequeña localidad costera de Zandvoort, que acoge en su circuito el Gran Premio de los Países Bajos apenas a 15 kilómetros de Ámsterdam, ha decidido llevar a cabo una iniciativa de lo más pintoresca.

Antes de convertirse en campeón mundial, Max Vestappen solía correr con un número muy característico en su monoplaza, que ahora ha cobrado un sentido completamente distinto para la afición española: el 33. Sin embargo, desde 2021 el piloto de Red Bull usa con orgullo el número 1 que le define como vigente campeón mundial.

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Aun así, eso no ha impedido a las autoridades locales sustituir en su honor todas las señales de tráfico urbanas que limitan la velocidad a 30 kilómetros por hora por otras exactamente iguales... con el '33' de Verstappen en ellas. De hecho, han empleado la misma tipografía que la habitual para el dorsal del piloto neerlandés para tener un guiño cariñoso de admiración y devoción con su campeón.

Lo que deben desconocer es que en este 2023 el auténtico dueño del 33 es Fernando Alonso, que curiosamente es el mejor piloto del resto salvando a los Red Bull a lomos de su Aston Martin. Se antoja complicado conseguir esa victoria 33 este año, y más en territorio tulipán, donde las gradas se teñirán de naranja más que nunca pese a la prohibición de las clásicas bengalas en las gradas... pero no imposible.

Aston Martin ha trabajado a destajo en el parón de agosto para volver a situar al AMR23 como primer candidato a desbancar en algún momento a los Red Bull de lo más alto, y Alonso no dudará en aprovechar cualquier oportunidad que se le presente, por pequeña que sea, después además de lo sucedido en el Gran Premio de Mónaco.

Además, puede darse una coincidencia de lo más alocada este fin de semana en Zandvoort. En 2010, en la primera carrera después de la histórica victoria de España en la Copa del Mundo de fútbol, Fernando Alonso se llevó su propio triunfo en casa del líder por aquel entonces del Mundial de F1, Sebastian Vettel, en el Gran Premio de Alemania disputado en Hockenheim.

Aquel fue el primer Gran Premio disputado después del legendario gol de Andrés Iniesta, y Alonso ganó la carrera en casa de su principal rival. Este fin de semana, 13 años después, el asturiano se encomienda al destino para firmar su victoria 33. Después de que España conquiste el Mundial (femenino) de fútbol, puede ganar en casa del líder del campeonato, Verstappen, en el primer GP posterior al triunfo mundialista español. ¿Le traerán suerte las chicas?