Olga Carmona se despide de su padre con un inolvidable mensaje: "Sé que me has estado viendo esta noche y estás orgulloso de mí"

La dedicatoria de Olga Carmona tras marcar en la final del Mundial.
La dedicatoria de Olga Carmona tras marcar en la final del Mundial.
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La dedicatoria de Olga Carmona tras marcar en la final del Mundial.
De la felicidad a la tragedia: muere el padre de Olga Carmona

Nunca podrá olvidar el domingo 20 de agosto de 2023. El que debía ser el día más feliz en la vida de Olga Carmona terminó entre lágrimas, una tristeza inconsolable. No cabía la felicidad en su menudo cuerpo, tras llegar a la página más importante de la historia del fútbol femenino español, ese golazo suyo, latigazo al rincón de la portería, donde habitaba la leyenda. 

Y justo cuando se disponía a anclar la sonrisa en su rostro para toda una vida, su madre se la llevó a un rincón para transmitirle la peor noticia posible: su padre, enfermo desde hace un tiempo, había fallecido apenas unas horas antes. La noticia se le había ocultado para no descentrarla pero ya no había lugar para más secretos, por dolorosa que fuera la revelación en semejante momento.

Olga, precisamente ella, se enfrentaba al duelo infinito tras un partido inolvidable. Precisamente ella, que al marcar el segundo gol de todas nuestras vidas -Iniesta hizo el primero- se había levantado la camiseta -también como Andrés- para mostrar la palabra Merchi, la madre de una amiga que había fallecido recientemente. En aquel momento único, Olga Carmona se había acordado de su amiga. Unas horas después, un país entero se acordaba de Olga y lloraba con ella, mientras toda su familia y el equipo la consolaban hasta donde se puede consolar en momentos así.

A sus 23 años, la sevillana Olga Carmona ha logrado en el Mundial la confirmación de lo que muchos esperaban de ella, y ella misma también. Dejó el flamenco, la natación y a toda su familia en Sevilla para fichar por el Real Madrid y, aunque la adaptación no fue fácil, su último año confirmó que había acertado. Desde la distancia, la familia la seguía con devoción: ese tatuaje en la muñeca compartido con su madre que ella siempre besaba al marcar y esa unión invisible pero eterna con su mellizo Tomás, que también había viajado a Sidney para disfrutar con ella el Mundial.

En la cita mundialista Olga ha ido creciendo hasta alcanzar la categoría de estrella: primero fue por su tanto en semifinales, aquel precioso disparo que se coló rumbo al partido de su vida. Y allí, el domingo 20 de agosto, marcando el gol que la alojó en la historia, justo antes de que todo lo cubriera una tristeza infinita y ya nada importara. 

La propia Olga, rota pero aún entera, pudo despedirse de su padre a través de un precioso homenaje en las redes sociales.

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