Kylian Mbappé, el Real Madrid y un emir al borde de un ataque de nervios

Mbappé y Nasser Al-Khelaifi, en rueda de prensa
Mbappé y Nasser Al-Khelaifi, en rueda de prensa.
EFE
Mbappé y Nasser Al-Khelaifi, en rueda de prensa

Hay cosas que tienen que suceder, sí o sí, ya sea por el destino o vaya usted a saber la razón. Que Kylian Mbappé terminará jugando en el Real Madrid parece una certeza matemática a falta de un último número, la fecha. Pudo suceder en 2017, 2020, 2021... y parece que finalmente el advenimiento tendrá lugar en 2023. Importante resaltar lo de 'parece': el destino también es caprichoso y, cuando queda nublado por los billetes, egoísta.

Así, llegamos a finales de julio con la situación bloqueada y tres grandes protagonistas en el centro del escenario. ¿Última temporada del serial? Se abre el telón y comparece Florentino Pérez, quieto, estático. No hace absolutamente nada y se limita a esperar. Junto a él llega Kylian Mbappé: ha escrito una carta para anunciar al PSG que seguirá en el club esta temporada, y punto, todo legal. También se queda quieto, contra viento y marea, que son huracán y tsunami. 

El tercer protagonista de la obra es Nasser Al-Khelaifi, dueño del PSG y embajador del verdadero 'capo', el emir catarí, Hamad Al Thani. Al Khelaifi es el gran protagonista y no para quieto. Su misión consiste en convencer a Mbappé de que se quede en el club como sea -tiene 150 millones de razones cada año para convencerlo- o, en caso contrario, de que se vaya como sea del club. Visto que en su primera tarea fracasa, pues Mbappé sigue quieto, sin moverse, se dedica con premura a la segunda. Descuelga el teléfono en busca de compradores y llega una oferta mareante desde Arabia Saudí: 300 millones de euros ofrece el Al-Hilal para fichar a su estrella rebelde. Kylian calla.

La sospecha de Al Khelaifi la comparte medio planeta: Mbappé solo quiere irse al Real Madrid, con quien ya ha firmado un contrato más que suculento para 2024. Pelillos a la mar por la traición de 2022. Y el catarí, aunque le reviente reconocerlo y hacerlo, inicia entonces un nuevo movimiento en la escena. Tiene que conseguir meter al Real Madrid en la subasta, ya, para que no le birlen a su mirlo blanco en un año a coste cero. La primera vía para hacer reaccionar a Florentino Pérez es provocarlo, tocarle las narices, muy simple. ¿Cómo? Fácil, coge el teléfono y filtra a un medio afín que va a negociar con el Barcelona el traspaso de su jugador. Este actor, spoiler, es secundario y apenas tendrá un papel en la serie.

Y el Barça entra en escena

La bomba recorre las redacciones de medio planeta durante la tarde del miércoles 24 de julio, pero tiene mecha corta. Antes incluso de que el Real Madrid haya pestañeado, sale el Barcelona a la palestra para negarlo todo. No están ahora las arcas del club como para afrontar una operación de este tipo, ni de lejos. Fuentes azulgranas no dudan en mostrar su cabreo, consideran que el PSG les ha usado para provocar a su eterno rival y abandonan la escena.

Pillado el farol, Al Khelaifi sigue el casting de pretendientes: Tottenham, Inter, Chelsea, mientras el Real Madrid aguanta, consciente de que cada día que pasa se aceptará una puja menor. El límite se sitúa en el 31 de julio. Si para entonces Mbappé sigue siendo jugador del PSG, será 40 millones más rico de la noche a la mañana, la mitad de la prima de fidelidad que pactó con los parisinos y que estos no quieren pagar en modo alguno. Resulta casi sonrojante incluir dos palabras como fidelidad y Mbappé en una sola frase. 

26 de julio de 2023... Mbappé y Florentino siguen sin moverse. El emir sigue de los nervios. Continuará...

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