La magia que despliega Carlos Alcaraz en cada uno de sus partidos es algo increíble y maravilloso. Levantar al público de sus respectivos asientos no es nada fácil, pero Carlitos tiene el don de hacer disfrutar con sus puntos imposibles a los seguidores que han pagado una entrada solo para verle jugar. 

Y, como viene siendo habitual, contra Berrettini no iba a ser menos. Carlos tuvo que tirar de chistera y varita mágica para darle la vuelta a un partido que se había complicado tras perder el primer set por 6-3 ante el italiano, pero con garra y corazón pudo remontar el encuentro en las siguientes tres mangas (3-6, 6-3, 6-3 y 6-3). 

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La grada enloqueció

El público se volvió loco después de que el pupilo de Juan Carlos volviese a hacer de las suyas. Inicio del segundo set, 1-1 en el marcador y al murciano no se le ocurre otra cosa que emular al mejor Federer (US Open 2018) con un golpe marca de la casa del suizo: Charlie intentó una dejada a la que llegó sin problemas Berrettini, este tiró un cortado cruzado y, cuando se veía con el punto en su casillero, Alcaraz metió la bola entre el poste y la silla del árbitro para quedarse con un punto que levantó al público de sus asientos. Pura magia. 

Tras este momento, la grada se quedó boquiabierta con el tanto de Carlitos y sólo le quedó aplaudir al número uno del mundo. Este hecho fue el inicio de una remontada que ha hecho posible que dos amigos se reencuentren, por primera vez, en un Grand Slam. Carlos Alcaraz y Holger Rune volverán a deleitar a los fanáticos de este deporte con su encuentro de cuartos de final en el torneo más prestigioso del mundo. 

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