Son alentadoras las últimas novedades sobre el estado de salud de Sergio Rico. "Espero que pronto le pasen a planta", deseaba su mujer, Alba Silva, que confesaba que el futbolista del París Saint-Germain no sabía qué le había ocurrido la mañana del 28 de mayo en El Rocío. Ese día, el guardameta fue brutalmente golpeado por un caballo, pero no ha sido hasta ahora cuando se han revelado los detalles del accidente.

El atestado policial, publicado por la Cadena SER, subraya que no se han encontrado "testigos directos" del incidente, ya que las personas que se encontraban en una vivienda cercana "no estaban pendientes de lo que ocurría en la calle".

De esta manera, la Policía precisa que el suceso tuvo lugar después de que "un mulo que se encontraba amarrado a una verja" rompiese sus ataduras al asustarse —"por causas desconocidas"—. El animal huyó entonces en la dirección en la que se encontraba Rico "con el charrete enganchado", lo que lleva a los agentes a pensar que "debió de romper también los troncos de la verja de madera que hay en la puerta de la vivienda".

En el "preciso instante" que el caballo golpeó al canterano del Sevilla, el atestado apunta que Rico "se encontraba próximo al caballo", por el que fue "arrollado o golpeado", quedando "tendido sobre la arena de la calle". Y es este momento lo que los testigos presenciaron, por lo que "en las declaraciones tomadas no se concretan como pudieron ocurrir los hechos con total exactitud".

La Policía, que ha acordado el sobreseimiento provisional de la causa al no hallar "indicios racionales de criminalidad", insiste en que "no se han encontrado testigos presenciales de los hechos". Aún así, constata que "la causa principal (...) pudiera haberse debido al estado de alteración en que se encontraba el equino", cuando golpeó al jugador tras asustarse por el mulo. Y confirma que fue "el caballo que montaba", a pesar de que "en ese preciso instante se encontraba próximo" a él, el que le produjo "lesiones de gravedad".