Todo niño sueña con conocer algún día a sus ídolos. También Kenzo, un niño de ocho años con un tumor cerebral que este sábado iba a cumplir uno de sus mayores deseos: ver en vivo a su equipo favorito, el Olympique de Marsella. Sin embargo, lo que debió haber sido el mejor día de su vida, se convirtió en una pesadilla cuando fue agredido por un grupo de seguidores del Ajaccio.

"Le arrancaron la camiseta y se la quemaron. Estamos conmocionados, no podemos superarlo", aseguró su madre, Amedine, a la radio pública France Bleu, que cuenta que una decena de personas irrumpieron en la sala en la que se encontraban viendo el partido y golpearon a su hijo y su marido mientras ella observaba con impotencia.

La mujer ha narrado que, en concreto, "eran 15, así que no pude hacer nada" para defender a su familia. "Me pasaron por encima, abrieron la puerta del camerino, le dieron dos puñetazos en la cara a mi marido, empujaron a mi hijo, que se cayó y se golpeó la cara con la barra de hierro del asiento", explica.

El pequeño y sus padres habían viajado hasta Ajaccio desde Roquefort-la-Bédoule para el partido, el último de la temporada de la Ligue 1, junto a la asociación Des coccinelles rouges pour Thomas como invitados al encuentro.

Tras conocer los incidentes, el Ajaccio atendió personalmente a la familia y la acompañó a la zona de vestuarios.

Además, el club isleño ha emitido un comunicado en el que deja claro que "estos individuos de ninguna manera representan los valores de nuestro club y nuestra isla", y "condena enérgicamente estos actos atroces". La Fiscalía de Ajaccio ya ha abierto una investigación para tratar de esclarecer los hechos, mientras la entidad ha anunciado que denunciaran a los autores cuando sean identificados.