Carlos Alcaraz celebró su cuarto triunfo seguido en esta edición de Roland Garros este domingo en el duelo de octavos de final ante Lorenzo Musetti (6-3/6-2/6-2). El italiano llegaba lanzado tras tres victorias limpias sin ceder ni un solo set, la última una 'paliza' a Cameron Norrie, pero el cara a cara con el número uno fue demasiado para el de Carrara. Alcaraz apenas se vio sometido en los instantes iniciales de un partido en el que quizás tardó un poco en arrancar, pero que dominó por completo para pensar ya en los cuartos de final.
El cartel de esta tarde de domingo en la pista Philippe Chatrier prometía emociones fuertes. El número uno mundial se veía las caras a otro de los tenistas llamados a ponerle las cosas muy complicadas durante los próximos años, un Lorenzo Musetti de nuevo en su mejor nivel tras la victoria ante Djokovic en Montecarlo, deseoso llevar al límite al murciano tras un camino impecable en las rondas previas.
Los instantes iniciales cumplieron con esas expectativas. Musetti comenzó llevando la voz cantante, con la batuta en los peloteos ante un Alcaraz aún con la cabeza en los vestuarios. Sus problemas de precisión le condenaron ante el hombre que le arrebató la final del Torneo de Hamburgo de 2022. Musetti se plantó 2-0 arriba, pero no fue capaz de más en la primera manga, pues Alcaraz le dio al interruptor de la genialidad, sumó cinco juegos seguidos, respiró en el octavo, y mató la primera manga con su saque por 6-3.
La remontada del español fue una losa para Musetti. Su plan de juego quedó completamente desbaratado y tampoco arrancó la segunda manga con expectativas de remontada, pues lo hizo al contrario que en el inicio de la primera, con un 0-2. Buscó la reacción y la encontró para devolver el marcador del parcial a la igualada, pero un Alcaraz con pocas ganas de aumentar sus horas en pista sacó toda su paleta de recursos para sofocar la reacción.
El aprendiz de Juan Carlos volvió a quebrar el saque del italiano, cada vez con gestos más desesperados hacia su 'box', pero todavía insistente en pista con largos intercambios para mantenerse con vida. Probó de todo, primero abusando del mejor recurso de su oponente, la dejada, y después aumentando el ritmo de bola, pero nada surtió efecto ante un 'divertido' Alcaraz.
Su eterna sonrisa no se desdibujó de su rostro en todo el partido, incluso se acentuó en determinados momentos de 'pacto' con Musetti para regalar más show de la cuenta a la afición parisina. El segundo set, finiquitado en apenas hora y media por 6-2, fue la confirmación de su victoria psicológica sobre el italiano.
Con todo en contra, Musetti regresó a la seriedad en el arranque del tercer set, un inicio muy respetuoso entre ambos contendientes hasta el 2-2. Fue entonces cuando Carlos, de nuevo antes del segundo cambio de pista, apretó para hacer el break y encarrilar el partido. Se acabó, Musetti sacó la bandera blanca y se limitó a disfrutar de la recta final de un partido ya en manos de Alcaraz.
El murciano mostró más solidez que en las jornadas previas, sin momentos de desconexión -salvo ese inicio algo frío-, y cuajó un muy sólido 6-3/6-2/6-2 con el que llegar con la confianza por las nubes a los cuartos de final. Ya ha alcanzado su límite en el grande de tierra (el año pasado cayó en cuartos ante Zvererv), donde espera ahora al ganador del Ofner-Tsitsipas. Alcaraz está a un paso del esperado duelo de semifinales ante Djokovic, ganador en la sesión matutina en su duelo ante Varillas y próximo rival de Karen Khachanov.
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