Carlos Alcaraz sacó este viernes su billete para octavos de final de Roland Garros en un duelo sin demasiadas complicaciones ante Denis Shapovalov (6-1/6-4/6-2). La gran promesa del tenis canadiense venida a menos en los últimos tiempos no fue rival de un Alcaraz que ya tiene la mente puesta en Lorenzo Musetti, peligroso rival en tierra batida dispuesto a mostrar su valía ante el número uno en un gran escenario.

El partido empezó para el murciano como su tercera jornada de partido en París, con un paseo por La Ciudad de La Luz. Y es que Alcaraz, sereno tras una plácida caminata por los aledaños de la Torre Eiffel durante la mañana, se volvió a convertir en la bestia por la noche sobre la tierra batida de la Philippe Chatrier.

Su primer set tan solo fue la presentación del monólogo que acostumbra a desplegar en todos los torneos del circuito profesional. A base de esa combinación tan única de latigazos y dejadas, sumada a la garra que le permite llegar a todas, el de El Palmar se convirtió en un muro infranqueable para el canadiense (nacido en Tel Aviv). Shapovalov solo le disputó dos juegos, ambos con sus saques, aunque solo pudo sumar uno a su marcador, el que terminó con una risa irónica y un gesto al cielo que clamaba "por fin" cuando Alcaraz ya había sumado los cinco primeros.

"Denis, Denis" cantaba el público tras la angustiosa media hora que acababa de vivir el número 32 del ranking en pista. Una entrada en la central merece más igualdad, o al menos eso pensaba una grada que, conocedora del nivel arrollador de Carlitos, optó poco a poco por insuflar fuerzas al débil (tal y como pasó en el duelo previo con Djokovic y Davidovich finalizado con polémica)

Y surtió efecto, al menos parcialmente, en un Shapovalov que se llegó a colocar con una ventaja de 4-1. Lo hizo con un nivel de juego estelar, soltando con esplendor un precioso revés a una mano algo titubeante en la primera manga.

Pero el dueño de la primera posición de la clasificación ATP no quería rememorar los problemas que vivió ante Taro Daniel en segunda ronda, así que se puso el mono de trabajo y como si el juego del rival no influyera, comenzó una escalada en el marcador sentenciada a la hora y media de juego por 6-4.

Quedaba un solo set, el que más se le ha atragantado en esta edición a Alcaraz, pues además de cederlo al japonés tuvo que pelearlo con uñas y dientes ante Cobolli, así que no se recreó en el banquillo durante el 'toilet break' de su oponente y espero al canadiense en 'modo Nadal', lanzando golpes al aire.

Los primeros compases del tercer set anunciaron lo inevitable. Mirada profunda y puño en alto dirigido al box tras cada punto, Alcaraz ya había visualizado la victoria en su mente y nada podía evitarlo. Arrancó cerrando su saque y logrando el break, y a partir de ahí puso el piloto automático y comenzó a pensar en su siguiente rival, Musetti.

El prometedor jugador italiano arrancó en la gira europea de tierra con una sonada victoria ante Djokovic en Montecarlo, y en el Gran Slam de su superficie favorita ya se ha deshecho de Mikael Ymer, Aleksandr Shevchenko y Cameron Norrie, también este viernes, en tres sets corridos. Tiene calidad y descaro para ganar a los más grandes, que nadie descarte que el duelo ante Alcaraz sea la confirmación de una más que probable rivalidad para la historia.