El Mundial de Fórmula 1 ha regresado este fin de semana, como cada año, a su cita con Montmeló en el Gran Premio de España. El primero de los circuitos más 'estándar' del calendario, en el que los equipos intentarán probar de todo, y sobre todo sus mejoras (las que no pudieron testear en Imola), para saber si sus monoplazas rendirán como esperan después en la amplia mayoría de los trazados.

Por eso las sesiones de este viernes fueron las más atípicas de la temporada 2023, y las más parecidas a lo que el 'Gran Circo' nos tenía acostumbrados en años anteriores. Nada interesante sucedió, aunque sí quedó claro en los Libres 1 que Helmut Marko puede tener razón: Red Bull parece más imbatible que nunca en el Circuit de Catalunya.

Aun así, hay que coger con pinzas cualquier conclusión que se saque de los primeros entrenamientos, porque el verdadero protagonista fue el nuevo compuesto extraduro que Pirelli incorporará a su oferta a partir del Gran Premio de Gran Bretaña, en Silverstone. 

La parrilla al completo salvo los Red Bull, que les dedicaron mucho menos tiempo, centraron sus esfuerzos en probar esos neumáticos de test, por lo que la sesión sirvió para mucho, menos para arrojar las primeras sensaciones reales sobre los equipos, su rendimiento y el comportamiento de la pista.

La segunda sesión, los Libres 2, sí que sirvieron como ensayo para lo que les espera el sábado y el domingo. Volvió a liderar Verstappen, el único capaz de bajar del minuto y catorce segundos (1.13.906), pero esa distancia sideral que parecía existir con el resto se disipó, ya que entre Tsunoda, decimoséptimo, y el neerlandés que fue primero, apenas hubo un segundo de margen.

En segunda posición precisamente se situó Fernando Alonso, más motivado que nunca corriendo en casa para pelear la victoria 33. Malas sensaciones al principio, pero después quedó a 170 milésimas del tiempo de 'Mad Max', haciéndose cada vez más a una pista cuyo trazado a vuelto a ser el de 2006, eliminando la chicane. Nadie conoce este asfalto como él, y quiere sacarle el máximo partido posible a esa ventaja.

Detrás, en octava posición pero apenas a dos décimas de Alonso, Carlos Sainz y Charles Leclerc con Ferrari sufrieron un poco más, pero pueden estar escondiéndose igual que Mercedes. Sea como sea, ninguno de ellos contará, salvo Carlos, con esa ventaja añadida que sí tendrá Fernando: el apoyo incondicional de una grada entregada en cuerpo y alma a sus ídolos, como no sucedía desde la época del ovetense en Ferrari.