Los Nuggets dejan contra las cuerdas a los Lakers en la final del Oeste: Murray y Jokic 'borran' a LeBron

Nikola Jokic y Jamal Murray intentan evitar un punto de LeBron James en el segundo partido de las finales del Oeste.
Nikola Jokic y Jamal Murray intentan evitar un punto de LeBron James en el segundo partido de las finales del Oeste.
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Nikola Jokic y Jamal Murray intentan evitar un punto de LeBron James en el segundo partido de las finales del Oeste.

Golpe en la mesa de los Nuggets, que volvieron a vencer (108-103) en el segundo partido de las finales del Oeste y dejan en un 'todo o nada' a los Lakers para los siguientes dos duelos en su campo. Los angelinos tuvieron la victoria en su mano, pero se dejaron ir al final del tercer cuarto, cuando un Jamal Murray imperial eclipsó en ataque al gran LeBron James, que lo dio todo en defensa y se olvidó de anotar.

Si en el primer choque la intensidad de la franquicia texana había aplastado a los de púrpura y oro, en este segundo asalto los Lakers igualaron en esfuerzos a Denver. Tan igualado estuvo el encuentro en su arranque que el primer cuarto acabó con empate a puntos (27-27) y al descanso ambos equipos habían ganado el mismo número de rebotes (23), lo que permitió a los californianos opacar el gran punto fuerte de los Nuggets: su físico.

Esta versión de Los Ángeles nubló a los texanos obligándoles a emplearse más en defensa que en ataque, y el equipo de Darvin Ham lo aprovechó para anotar un parcial de 0-9 al inicio del segundo cuarto y abrir una brecha en el marcador poniéndose a 11 puntos.

Pero los Nuggets supieron sufrir, esperaron su oportunidad, y en el peor momento de los Lakers —cuando fallaron hasta ocho tiros de campo—, se acercaron en la tabla con un parcial de 14-4 que les ayudó a marcharse a vestuarios solo cinco atrás (48-53).

El tercer periodo fue la mejor definición de que nada empieza como acaba. LeBron, con dos valiosos robos y una excelente intensidad, lideró un gran inicio de los Lakers, que recuperaron 11 puntos de margen en el 68-57. Sin embargo, Denver volvió a responder.

Lo hicieron con un parcial de 10-0 impulsado por triples consecutivos de Caldwell Pope y Brown para empatar el choque a 74-74. King James siguió brillando con su esfuerzo defensivo —hasta acabó tendido ante los asientos a pie de campo tras una acción defensiva—, pero se atascó desde el arco, con un cero de seis que reflejaba los apuros de todo su equipo (5 de 26).

Y cuando más echaban en falta los Lakers a su estrella, el cielo de Denver se iluminó con la luz de Jamal Murray, desaparecido hasta entonces con un modesto cinco de 17 en tiros antes del cuarto tiempo. Dos grandes triples le metieron de lleno en el partido. A ellos se sumaron Brown y Porter para subir el 96-84 al luminoso con 5.36 por jugar y desatar la euforia de la Ball Arena.

Los Nuggets arrancaron el último segmento con un 20-5 y empezaron con seis triples por los cero de los Lakers. Murray, que llevaba 14 en los primeros tres cuartos, cogió cada vez más confianza y acabó destrozando a los Lakers. Conectó cuatro de sus cinco intentos de tres puntos y disparó a los Nuggets.

LeBron demostró su compromiso, se sobrepuso a un esguince en el tobillo izquierdo tras caer en el pie de Davis en la pelea por un rebote defensivo, y sostuvo a unos angelinos que saborearon una épica remontada al colocarse a dos puntos en el 99-101 con un minuto por jugar.

Pero la épica no llegó. Los Lakers pagaron su ineficacia desde los tres puntos (solo anotaron ocho de 30) y permitieron a los Nuggets reponerse gracias a un Murray imperial —terminó con 37 puntos, cinco asistencias y 10 rebotes— y a un Jokic impresionante —firmó su séptimo triple-doble de los playoffs con 23 puntos, 12 asistencias y 17 rebotes—. En Los Ángeles, los de púrpura y oro se lo jugarán todo, pue están obligados a ganar los dos partidos en casa para evitar que Denver cambie la historia y se meta por primera vez en las Finales de la NBA. 

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