El planeta entero tenía ganas de que regresara la Fórmula 1 del interminable parón de casi un mes que inició tras Australia, y el retorno del 'Gran Circo' no ha decepcionado. En una sesión de clasificación atípica por celebrarse un viernes, Charles Leclerc logró de forma absolutamente épica su tercera pole consecutiva en Bakú, la primera de la temporada, resucitando a una Scuderia Ferrari que colocó a Carlos Sainz cuarto, y que aspira a todo el próximo domingo.

En la sesión de clasificación, adelantada un día por el nuevo formato de las carreras al sprint que estrena la FIA en el Gran Premio de Azerbaiyán, el espectáculo estuvo a la altura de lo que los promotores de la Fórmula 1 deseaban. Desde la misma Q1, además, porque los incidentes y accidentes de los entrenamientos libres se reprodujeron en los 15 minutos que duraba la primera tanda clasificatoria.

Apenas con un par de giros dados, Nyck de Vries se estrelló de morro en las protecciones del circuito urbano, y provocó una bandera roja que dejaba a Sainz todavía sin tiempo. Y cuando el español iba a marcar al menos un crono válido para pasar a Q2, se produjo otra bandera roja más. Gasly, cuyo Alpine había salido ardiendo en los libres, había destrozado el monoplaza contra los muros de Bakú, paralizando de nuevo la sesión.

La Q2 apuntaba de nuevo emociones fuertes, y efectivamente ofreció la primera gran sorpresa del fin de semana, porque George Russell quedó apeado de la Q3 por apenas cuatro milésimas respecto a Lewis Hamilton, que sufrió pero logró pasar el corte. Muy mala imagen de los Mercedes hoy, a pesar de que el heptacampeón del mundo lo enmendó después y saldrá quinto.

Ya en la Q3, los peores pronósticos se confirmaron para Aston Martin. La escudería británica ha introducido un nuevo alerón trasero en Bakú, pero en realidad no consiguieron mejorar. En lugar de afinar su velocidad punta, el nuevo ala falló repetidas veces en los libres y después en la Q3, condenando el rendimiento de los AMR23 y dejando a Stroll noveno, y a Alonso sexto. 

El DRS se abría y se cerraba intermitentemente, impidiendo sacarle el rendimiento para el que lo han diseñado los ingenieros del equipo de Lawrence Stroll, que cuajó su actuación más decepcionante de lo que llevamos de Mundial. Aun así, clasificar no parece ser su fuerte, y tanto el sábado como el domingo se podrá comprobar su auténtica velocidad. Si su peor resultado es un sexto puesto con tantos problemas. hay margen para la esperanza.

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En cambio, quienes han cogido aire de nuevo son los Ferrari, en especial Leclerc. Aunque Verstappen dominó las tres sesiones, Pérez amenazaba constantemente con mejorar sus tiempos, pero fue el monegasco el que plantó más pelea. Tanta, que en penúltimo intento de ambos, Verstappen y Leclerc clavaron exactamente el mismo tiempo (1.40.445), ni una milésima arriba o abajo.

A una sola vuelta, con todo por decidir, y con la máxima igualdad posible sobre el asfalto, lo que decidió hacer Leclerc fue volar sobre el trazado azerbaiyano. Y lo hizo, rozando los muros en más de una ocasión, para registrar un crono antológico (1.40.203) y meterle ocho décimas a su propio compañero, Sainz, que fue el mejor del resto pero apenas le metió una décima a Hamilton y otra a Alonso. 

Leclerc pudo domar a los Red Bull (Verstappen segundo a dos décimas, y Pérez tercero a tres) en Bakú, pero el fin de semana no ha hecho más que empezar. Mañana se correrá el primer sábado al sprint bajo el nuevo formato aprobado por la FIA, y el domingo la carrera será completamente distinta a lo visto este viernes. Además, los accidentes vistos hoy podrían reproducirse en cualquier momento... porque todo puede pasar en la Fórmula 1. 

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En los entrenamientos libres de Bakú, los únicos de todo el Gran Premio, la sesión fue absolutamente caótica. Red Bull dominó como siempre, pero Ferrari dio un paso adelante y peleó a escasas milésimas los mejores tiempos de Verstappen (Leclerc) y de Pérez (Sainz). En cambio, Mercedes ni siquiera pudo rodar en serio por problemas en ambos monoplazas, en el sistema electrónico de los frenos; y Aston Martin también sufrió, en especial Fernando Alonso, que ni siquiera llegó a montar los neumáticos blandos por un problema en el DRS, que no se abría.

Además, como era de esperar, hubo bastantes sustos entre los muros del circuito urbano. Sainz rozó en el vértice de una curva y dejó su marca en la pared; Tsunoda sufrió un pinchazo de lo más inoportuno que puso en peligro a todos; y el Alpine de Gasly directamente salió ardiendo. De hecho, el galo provocó una bandera roja que limitó aún más el tiempo de ensayo de los equipos, ya reducido de por sí en este fin de semana al sprint. A las 15.00 horas, la clasificación.