Pep Guardiola de nuevo se cruza en el camino del Real Madrid. O viceversa. El duelo está servido, por segundo año seguido, en las semifinales de la Champions League entre los dos grandes favoritos a levantar el título. El Manchester City no tuvo demasiados problemas para pasar la eliminatoria en Múnich gracias al 3-0 de la ida, y un gol de Haaland, quién si no, cerró el billete para los ingleses. El gol de Kimmich solo arregló un poco el resultado final. 

La revancha del año pasado está servida por lo tanto. En una eliminatoria para el recuerdo, el conjunto blanco logró una épica remontada tras llegar a los minutos finales dos goles abajo. Rodrygo forzó la prórroga con un doblete, y en la prórroga el City estaba en shock y acabó cayendo. 

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Si el Real Madrid pasó sin demasiados apuros ante el Chelsea, el City hizo lo mismo ante todo un Bayern, al que superó por un rotundo 4-1 global. Lo intentó el conjunto bávaro, que presionó arriba en busca de un gol que le metiera en la eliminatoria. Y la tuvo Sané en un mano a mano ante Ederson, pero su disparo se marchó demasiado cruzado. 

Pero Haaland era una pesadilla en cada contra inglesa. Provocó la expulsión de Upamecano, pero el central francés se libró por un fuera de juego del noruego. Luego fue Gundogan el que forzó un penalti, también por mano del galo, pero el noruego lo lanzó con tanta potencia que se marchó demasiado alto. 

Había sobrevivido el Bayern, pero seguía necesitando un tanto al menos para albergar alguna esperanza, y el gol estaba más cerca de los citizens. Haaland avisó de nuevo con un chut flojo y centrado –extraño para él–, pero a la siguiente, no falló. Se marchó en velocidad y fusiló a Sommer para abrir el marcador y cerrar la eliminatoria. 

Kimmich, de penalti, redujo diferencias en el 82, un gol que solo maquilló el resultado.