Los encuentros entre Real Madrid y Cádiz siempre son especiales, y siempre dan mucho que hablar. Las visitas de los merengues al Nuevo Mirandilla son el partido más esperado del año para muchos cadistas, y se notó en el ambientazo que se vivió en el feudo andaluz este pasado sábado. Un choque intenso en el que los locales lo dejaron todo, pero fueron incapaces de imponerse a un Madrid muy superior y solvente.

Sin embargo, más allá de lo vivido en el césped y de la historia preexistente entre ambos conjuntos, hubo una imagen que acostumbra a ser habitual en los últimos años, pero no por ello deja de ser conmovedora. La rivalidad y la profesionalidad son siempre lo primero, y ambos se dejaron la vida por sus respectivos escudos sobre el terreno de juego, pero cuando suena el pitido final todo eso pasa a un segundo plano.

Nacho y Álex Fernández, la pareja de hermanos más famosa de la Liga con permiso de los Williams, dejaron una imagen para el recuerdo en el túnel de vestuarios del antiguo Carranza, en la que ambos descansaban sentados en las escaleras del acceso al campo mientras compartían impresiones sobre lo acontecido en el encuentro.

Una fotografía que ensalza el valor de la familia y la hermandad, pero que sirve también para recordar al mundo los valores que pretende transmitir un deporte como el fútbol a la sociedad. No hay ni debe haber nada por encima del respeto y la deportividad, ni rivalidad ni violencia, y no hay mejores ejemplos para ilustrar esos principios que Álex y Nacho.

Nadie sabe de qué estuvieron hablando, aunque a buen seguro Nacho presumió de su golazo ante su hermano pequeño, que precisamente fue testigo de lujo del latigazo que sirvió al Real Madrid para adelantarse ante el Cádiz. En cambio, puede ser que Álex le pidiese ir pensando en hacer realidad un sueño que tienen desde niños: jugar juntos como profesionales en el mismo equipo. Con su futuro en el Madrid aire, quién sabe si Nacho se lo podría estar pensando.

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