Noche de ensueño del Sevilla en Old Trafford

Jesús Navas celebra con rabia el primer gol sevillista en Mánchester.
Jesús Navas celebra con rabia el primer gol sevillista en Mánchester.
Getty Images
Jesús Navas celebra con rabia el primer gol sevillista en Mánchester.

El Sevilla logró un épico empate (2-2) anoche en Old Trafford en un duelo en el que los 'red devils' fueron superiores, pero no aprovecharon sus opciones para sentenciar a los hispalenses. Tras dos goles de Sabitzer en la primera mitad, Navas y En-Nesyri, en dos golpes de fortuna in extremis, regalaron a la afición hispalense la posibilidad de soñar con el pase a la semifinal de ‘su competición’, la Europa League, que se decidirá en el Sánchez-Pizjuan.

Los problemas del Sevilla se dejaron notar en los primeros segundos de encuentro, en concreto 29, los que tardó Jadon Sancho en aprovechar un buen pase filtrado para batir a Bono. La posición adelantada del inglés fue lo que salvó al Sevilla de ese primer golpe, aunque los de Ten Hag no tardarían  en abrir el marcador.

El susto avivó ligeramente a los hispalenses, que dieron un paso adelante liderados por un Lamela vestido anoche de falso nueve. Un mero espejismo, pues tras una sucesión de acercamientos sin mordiente, el United logró el gol. Los locales aprovecharon el desorden de los sevillistas en el centro del campo para lanzar un ataque rápido, y tras otro buen pase filtrado a la frontal, Sabitzer convirtió el primero (13’) en el mano a mano ante Bono.

El gol instaló la decepción en los hombres de Mendilibar. Tenían la capacidad para asomarse a la frontal de los mancunianos, pero la falta de pegada y la lentitud en los repliegues convirtieron el duelo en un infierno  en el que los ‘diablos’ Anthony, Martial y Sabitzer campaban a sus anchas.

Así, otra jugada lanzada a velocidad de vértigo dejó al centrocampista austriaco ante Bono –tercer mano a mano para el marroquí–, y este no desaprovechó la ocasión para firmar el doblete. La sangría de ocasiones no cesó para los locales ante un Sevilla que no se ordenó hasta el minuto 40. Fue entonces cuando Nianzou se encontró con su ocasión, un remate de cabeza taponado por De Gea, el primer tiro a puerta de los visitantes. 

El Sevilla propuso un cambio de guion tras la reanudación, con orden y progresiones más cocinadas para lograr un tanto que los devolviera a la eliminatoria.  El plan surtió efecto a medias, pues si bien diluyó la frecuencia de los ataques peligrosos del rival, no sirvió para recortar distancias en el marcador, seguía fallando la pegada.

El United, cómodo, se tomó su tiempo para descifrar la nueva propuesta de Mendilibar. De nuevo los espacios atrás ofrecían oportunidades a los de Ten Hag, como la que tuvo Anthony tras dejar sentado a Marcao y estrellar el balón en el poste (64’). 

El exceso de confianza de los locales insufló una fe renovada en los sevillistas, y entonces se produjo la magia. Primero Navas, con un centro lateral que rebotó en Malacia y se coló en la meta de De Gea, y después En-Nesyri, con un cabezazo en el descuento que rebotó en la cara de Maguire para tornarse en inalcanzable para el meta español, igualaron la contienda y abrieron la puerta al milagro el próximo jueves en el Pizjuán.

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