Michael Jordan, para muchos el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos, ha vuelto a hacer historia: las zapatillas que llevó en una de las finales de la NBA de su última temporada en los Chicago Bulls se han convertido en las más caras de la historia.

Son las zapatillas con las que el estadounidense jugó el segundo partido de la serie ante los Utah Jazz en junio de 1998, el más visto de la historia de la competición, que acabaría con la victoria de su equipo por 88-93 con 37 puntos suyos en 40 minutos, y que terminaría regalando a un recogepelotas.

El joven se las había pedido un día antes después de devolverle una chaqueta que había olvidado después de un entrenamiento, y la estrella no dudó en devolver el favor regalándole sus Air Jordan XIII firmadas con un rotulador plateado.

El par, de color negro y rojo, ha sido adquirido este martes por más de 2,2 millones de dólares (2.017.296 euros), en una subasta organizada por Sotheby's en Nueva York, donde ha estado expuesto en solitario durante varias semanas en la sede de la casa, únicamente acompañadas de un foco que caía sobre la vitrina.

"El resultado sin precedentes de hoy es una prueba más de que la demanda de recuerdos de Michael Jordan sigue superando y trascendiendo todas las expectativas", señaló el jefe de Streetwear y Coleccionismo Moderno de Sotheby's, Brahm Wachter.

La locura por el exjugador de baloncesto también consiguió el récord mundial del objeto deportivo usado más caro de la historia al vender por 10,1 millones de dólares una camiseta que llevó en la misma final de la NBA.

La temporada a la que pertenecen ambas prendas es considerada la más importante de la carrera del deportista, ya que consolidó su estatus como el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos, y ha sido apodada como The Last Dance (El último baile) gracias a un documental del mismo nombre.