Con la Liga española prácticamente decidida para el Barça, el Real Madrid hace tiempo que piensa exclusivamente en la Champions (aunque realmente esa es su única prioridad cada temporada), incluso teniendo la final de Copa del Rey en el horizonte. Lo demás, por sus propios deméritos, está ya fuera de su alcance, pero con la competición más prestigiosa del mundo a los de Ancelotti les basta y les sobra.

Como vigentes campeones, además, conquistar la decimoquinta supondría volver a repetir victorias consecutivas en la Liga de Campeones como ya hiciese a los mandos de Zinedine Zidane en su primera etapa en el banquillo blanco. En su camino se interpondrá el Chelsea inglés como el año pasado, en cuartos de final, aunque todo apunta a que será muy distinta la eliminatoria, especialmente por la mala forma en la que llega el club londinense.

El Chelsea, de capa caída y de mal en peor

Después de un año complejo en el que han contado hasta con tres entrenadores distintos, el Chelsea marcha undécimo en Premier League y no opta a ganar ningún título más que la Champions, donde triunfaron en 2021. Frank Lampard, leyenda 'blue' por excelencia, ha vuelto para intentar enderezar el rumbo de un barco a la deriva en el que él mismo ya sabe lo que es fracasar desde el banquillo.

Antes que él, Graham Potter lo intentó todo para devolverle el lustre al equipo, pero también fracasó en su intento por sustituir a Thomas Tuchel, que curiosamente había remplazado en su día a Lampard. El alemán, que había ganado la Copa de Europa, merecía más crédito del que recibió a comienzos de la campaña, pero se le agotó y ahora dirige al Bayern Múnich.

Toda una montaña rusa de cambios y decepciones que se viene prolongando desde la venta del club a Todd Boehly, que incluso intentó ejercer unos meses como director deportivo. Lógicamente, también fracasó, como denota la inestabilidad de su banquillo y el poco rendimiento que está ofreciendo este año una plantilla milmillonaria en la que figuran algunos de los mejores jugadores del mundo.

Ahora, sin embargo, no están ni siquiera entre los mejores de la Premier. El Chelsea perdió (1-0) este sábado en su visita al Wolves en el regreso de Frank Lampard al banquillo londinense, sumando una nueva decepción que merma aún más las opciones del conjunto inglés para clasificar a Europa el próximo año y para medirse de tú a tú a un Real Madrid que llega crecido a la ida de cuartos de final de la Liga de Campeones, el próximo miércoles en el Santiago Bernabéu.

Cuanto peor el rival, peor para el Real Madrid

El cuadro 'blue' sumó su cuarta jornada seguida sin ganar, en mitad de tabla con pocas opciones de alcanzar la zona europea, ante el equipo que dirige el técnico español Julen Lopetegui. Lampard, leyenda como jugador del Chelsea y máximo goleador histórico, se hizo cargo del equipo de la capital el jueves, pero inició con mal pie en el Molineux su segunda etapa como el técnico del club de su vida, tras la que ejerció entre 2019 y 2021, y no puede prometer milagros.

Malas sensaciones para el Chelsea, y muy buenas para el Real Madrid. O, al menos, deberían serlo, porque históricamente a los blancos les va peor cuando son claros favoritos. Se trata de un partido muy tramposo, en el que parece que todo viene de cara para los merengues, pero si algo ha demostrado esta plantilla, en especial con Carlo Ancelotti, es que cuánto peor está su rival, peores se vuelven ellos, presos de la procrastinación al sentirse tan superiores. Cuánto peor el rival, peor el Madrid, como solidarizándose con el enemigo para otorgarle una oportunidad extra.

El Chelsea, además, llegará con ganas de revancha del año pasado, recupera a jugadores peligrosos como Sterling o Gallagher, y no tiene absolutamente nada que perder. Un cóctel explosivo que puede dinamitar el Bernabéu como sus jugadores no espabilen y cierren pronto una eliminatoria que deberían resolver sin demasiados problemas. Pero Europa y la Champions son otra cosa, y por eso el feudo blanco apretará más que nunca, para evitar la clásica 'caraja' que condene al Madrid a repetir su historia: remontar o morir.