Los entrenamientos libres nunca han sido objeto de pasión por parte de los fans más casuales de la Fórmula 1. Sin embargo, este año están levantando más expectación que nunca, entre otras cosas, por ese interés mundial en ver si Aston Martin y Fernando Alonso son capaces de inquietar a los Red Bull. Y sí, en los libres 1 y 2 del Gran Premio de Australia, el asturiano ha vuelto a hacerlo.

En los libres 1, los menos significativos del fin de semana, las sensaciones para casi todo el mundo fueron parecidas a las de Sakhir y Jeddah. La diferencia, aunque este último sea un circuito completamente urbano, reside en el peligro que acecha a los pilotos en cada curva de Albert Park. No hay más que ver los trompos y las salidas de pista de Verstappen, Pérez, Sainz, Hulkenberg o Sargeant.

Más allá de esos sustos, muy reveladores para saber lo que podemos encontrarnos en la carrera del domingo, fue Hamilton con su Mercedes quien dio la sorpresa más notable. Por primera vez desde que arrancó el Mundial, el trío al mando de los libres no fue Verstappen, Pérez y Alonso. El español dejó su plaza al inglés, con el segundo mejor tiempo. Aun así, fue cuarto, a medio segundo de Verstappen sin haber rodado apenas con el neumático blando.

Sin embargo, Fernando recuperó todo lo perdido en esa primera sesión, y lo hizo en la única que realmente aporta datos fiables a los equipos por celebrarse a la misma hora y en condiciones parecidas a la clasificación y a la carrera. Datos que, en este caso, han de ser cogidos con pinzas, porque como venía amenazando durante la mañana, acabó diluviando sobre Melbourne.

No en vano, este trazado, su Gran Premio y Melbourne en general reciben el sobrenombre de la 'ciudad de las cuatro estaciones'. Se vivieron todas en Albert Park en la segunda sesión de libres, dominada por Fernando Alonso y su AMR23 con el mejor tiempo (1.18.887), aún por encima del mejor de Verstappen en libres 1 (1.18.790). El bicampeón español pudo marcar su tiempo antes de que la lluvia arruinase los ensayos de tandas largas de los equipos, que irán a ciegas a la carrera.

Voló el Aston Martin en Melbourne igual que lo hicieron los Ferrari, que por fin tuvieron unos entrenamientos relativamente relajados, los primeros en los que va de campeonato. Leclerc se coló segundo por delante de Verstappen, y Sainz fue quinto con algún problema más, pero con mejores sensaciones que nunca, y con la esperanza de poder rendir, esta vez sí, en carrera, donde más importa y donde más está penalizando este año Ferrari.

Al final, todo el mundo acabó rodando con intermedios, un simulacro inútil... salvo que llueva el domingo en Melbourne, algo nada descartable. Aunque Alonso admitió que prefieren condiciones de seco, su magia al volante siempre suma un plus cuando las condiciones meteorológicas son adversas. Si el tiempo y el azar se confabulan, Fernando y Carlos pueden rascar algo más que un podio en Australia, aunque deberán bordar la 'qualy' para asegurarse sus opciones.

Horario del Gran Premio de Australia de Fórmula 1: dónde ver en directo, online y por TV desde España