Fernando Alonso confirmó este domingo en Arabia Saudí que Aston Martin tiene el tercer coche más rápido de la parrilla, por delante de los Ferrari y los Mercedes, que no pudieron igualar el ritmo del asturiano en Jeddah. Solo la FIA pudo arrebatarle un trabajado tercer puesto, pero su escudería no estaba dispuesta a ceder así como así.

La precipitada decisión de los comisarios de sancionar al piloto español con 10 segundos una vez concluida la segunda carrera del año, lo que le relegaba al cuarto puesto y daba el trofeo a George Russell, llevó al equipo británico a presentar una rápida y contundente respuesta para darle la vuelta a la situación y devolverle el tercer puesto a 'Magic'.

El motivo de esa penalización había sido que un mecánico de Aston Martin había tocado con el gato la parte trasera del monoplaza mientras el bicampeón cumplía con los cinco segundos que la FIA le había impuesto por colocarse mal en la casilla de salida. Lo mismo le había ocurrido a Esteban Ocon en Baréin.

Para Aston Martin, sin embargo, ese leve contacto no implicaba un incumplimiento del reglamento, que recoge expresamente que los mecánicos no pueden trabajar sobre el monoplaza mientras se está respetando el tiempo de sanción.

Y en esa cuestión semántica basó su defensa, pues aludió que "tocar el coche no significó que se estuviera trabajando en el coche", puesto que la normativa "es clara y prohíbe que se empiece a trabajar" en él durante una penalización, "pero, evidentemente, tocar un coche no supone estar trabajando en el monoplaza", explicó la FIA en su comunicado.

Además, para apoyar su alegato, incluyó "un recopilatorio de siete imágenes" de acciones similares en otros equipos en las que sus mecánicos tocan el monoplaza "sin que eso suponga incumplir el reglamento".

Así pues, a la organización no le quedó más remedio que aceptar la apelación al entender también que no se había efectuado "ningún tipo de trabajo en el monoplaza", por lo que decidió anular los 10 segundos y "mantener el tercer puesto de Alonso".