El FC Barcelona sobrevivió anoche al vendaval de fútbol que le tenía preparado el Manchester United y, en concreto, Marcus Rashford, que pudo dejar encarrilada la clasificación en el Camp Nou. Fue Raphinha, brillante ayer, el encargado de igualar la contienda y dejar todo abierto hasta la vuelta, el jueves de la semana que viene en Old Trafford.

Los nombres propios de la primera mitad fueron los de Ter Stegen y David De Gea, determinantes en el intercambio de golpes. Primero fue clave el madrileño, exigido por Lewandowski y Pedri, y después el alemán, que se impuso en el mano a mano ante Weghorst en una ocasión que sirvió al United para imponer su idea de juego.

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Se acabó el plan de posesión de Xavi y el partido se convirtió poco a poco en un ida y vuelta favorable a los ingleses, aunque el Barça también pudo sacar tajada. La tuvieron en el mano a mano Rashford –líder del ataque inglés– y Jordi Alba, pero de nuevo se volvieron a encontrar con dos brillantes guardametas.

La velocidad del esférico rompió el centro del campo, literalmente en el caso del Barça, pues Pedri tuvo que abandonar el césped con molestias. Es duda para la vuelta, donde no estará Gavi, por acumulación de amarillas en su caso. Así terminó una primera mitad sin goles que se reanudó tras el descanso con la misma intensidad.

Eso sí, el descanso sirvió a ambos para afinar la pegada, pues tras una ocasión clara para cada uno, Marcos Alonso abrió el marcador remachando un córner en el segundo palo. Duró poco la alegría en el Camp Nou, pues dos minutos después de la emotiva celebración del defensa dedicada a su padre, un tiro de Rashford ajustado al primer palo igualó el duelo. No pudo hacer más el portero blaugrana ante un balón que se coló por los pocos milímetros no cubiertos con su gran estirada.

El gol heló a los jugadores locales, incapaces de alcanzar la velocidad de los diablos rojos. En la incertidumbre culé disfrutó especialmente el ‘10’ de los visitantes, un Rashford inspirado que no anotó, pero sí fabricó el segundo gol de los suyos. Se escurrió de Raphinha en la banda derecha, avanzó pegado a la línea de fondo y envió un balón envenenado al corazón del área, donde rebotó inoportunamente en Koundé antes de colarse dentro.

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La ausencia de Pedri, sustituido por Sergi Roberto, se convirtió en un infierno para los suyos. El canario era una pieza clave para sostener al equipo, totalmente roto. De esta forma, Xavi buscó la revolución en el banquillo con Balde, Ansu Fati y Christensen, cambios que dieron aire al equipo minutos antes del gol del empate. El United erró en la salida, Raphinha aceptó el regalo de Varane y centró un balón al área, donde esperaba Lewandowski. El polaco ni la rozó, pero eso fue lo que despistó a De Gea antes de que el balón se colara en su portería.

Pese al sufrimiento, el Barça no se conformó con el empate y tiró de garra para buscar el tercero. Los minutos finales fueron un verdadero asedio en el que no faltó la polémica, una mano de Fred en el área descartada por el VAR, pero que terminó sin premio para los blaugranas. El pitido final firmó las tablas y dejó todo abierto para una vuelta en la que ya no aplica la regla del valor doble de los goles.