La visita del PSG a Riad para disputar un amistoso ante el Riyadh Season, un combinado de estrellas de la Liga Saudí se ha saldado con el resultado esperado, victoria de los parisinos (5-4), aunque el encuentro en sí mismo ha sido entretenido y más disputado de lo esperado. Sin embargo, el debut de Cristiano Ronaldo en Arabia Saudí ha servido fundamentalmente para rendir homenaje al crack luso en su despedida del fútbol de élite, y para poner el broche de oro a la mayor rivalidad de la historia del fútbol, y probablemente del deporte en general.

Cristiano Ronaldo y Lionel Messi se han visto las caras, si nada ni nadie lo remedia, por última vez en sus carreras sobre un terreno de juego. Una jornada cargada de emociones y sentimientos, donde se han producido otros reencuentros emotivos entre antiguos compañeros y rivales, pero siempre opacados por la dos estrellas más grandes de su tiempo. Dos rivales, dos compañeros, dos amigos que se hicieron mejores el uno al otro en una rivalidad de más de una década donde lucharon por todo: goles, asistencias, títulos, galardones individuales...

Y lejos de protagonizar episodios de tensión o enfrentamiento, solo han tenido buenas palabras el uno para el otro durante estos años, lejos de la toxicidad impuesta por sus fans más acérrimos en pos de ganar una comparación eternamente igualada, que solo el Mundial de Qatar ha sido capaz de desequilibrar. Todo lo contrario, de hecho, como se pudo ver durante el partido: respeto, admiración y cariño entre ambos, con abrazos y sonrisas cómplices sobre el césped.

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Aun así, dos animales competitivos como ellos no podían dejar de disputar el último cara a cara de su historia juntos. 37 partidos, con 17 victorias para Messi, 11 para Ronaldo, y 9 empates. Y, con los de hoy, 23 goles para cada uno en sus enfrentamientos directos. Empezó marcando Messi a los dos minutos, superando al único portero que se le resistió en la Copa del Mundo, el saudí Al-Owasi. Sin embargo, contestó Cristiano con contundencia.

El astro portugués firmó un doblete para demostrar que podría haber seguido un par de años en Europa, en Champions, jugando al máximo nivel. En un centro lateral, otro viejo conocido como Keylor Navas despejó la cabeza de Cristiano en lugar del balón, y el 'Bicho' transformó el consecuente penalti. Después, en una buena jugada del combinado saudí, Ronaldo remató de cabeza al palo y remachó su propio rechace. Y se acabó. Ambos fueron sustituidos, y zanjaron su duelo particular... ¿para siempre?

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Además, Cristiano estuvo rodeado de viejos compañeros y amigos. Kylian Mbappé, autor de otro gol para el PSG, pudo decir adiós al ídolo de su infancia, al que aspira a suceder en el trono del fútbol mundial. Su mejor amigo, Achraf, que ganó su única Champions en el Real Madrid gracias entre otros a CR7, también tuvo la oportunidad de saludarle.

Y llegó el turno de Keylor Navas, y sobre todo de Sergio Ramos. Los dos mayores iconos de la historia reciente del Real Madrid, capitán y estrella general de los merengues durante una década, tuvieron su momento para dedicarse risas, bromas y recuerdos. Un partido, en definitiva, donde el fútbol fue lo de menos, que hizo las delicias de los futboleros más nostálgicos.