El Real Madrid volvió a sufrir de lo lindo en La Cerámica ante el Villarreal, como en Liga, pero esta vez sí supo sacar su mejor versión, la de las remontadas europeas de fe infinita y posibilidades exiguas, para darle la vuelta a un 2-0 al descanso que parecía inasumible para cualquier equipo, especialmente viendo la tremenda autoridad y superioridad del Villarreal. 

Le queda mucho a Ancelotti por trabajar y mejorar la imagen y la forma de sus futbolistas, pero la actitud y las ganas parecen haber regresado, aunque sea en respuesta a la mayor urgencia del curso. El Villarreal repitió el plan liguero y pudo merecer más, pero su segunda parte fue una oda al despropósito y se despide de la Copa del Rey antes de lo que les habría gustado.

Apenas tres minutos en el partido, el Real Madrid confirmó lo que lleva mostrando desde la vuelta tras el Mundial de Qatar. El equipo está hecho pedazos física, mental y anímicamente, y Capoue lo aprovechó de maravilla. Una pared dentro del área y trallazo imparable para Courtois. A partir de ahí, el Villarreal se dedicó a tocar atrás para atraer al Madrid en su desesperación, y a buscar contragolpes en consecuencia.

Los blancos también tuvieron sus oportunidades, las más claras en las botas de Rodrygo, al que le sacaron un balón que era gol claro bajo palos, y Vinicius, muy bien tapado por Foyth. Benzema, por desgracia para los suyos, estuvo desaparecido, en la misma tónica que su defensa. Camavinga, amarilla en la primera parte, demostró que los árbitros le tienen tomada la matrícula por algún motivo.

Las llegadas del Villarreal siguieron sucediéndose sin remedio, ante una zaga madridista impasible y perezosa. Yeremi Pino, Baena, Gerard Moreno… todos tuvieron su oportunidad, y no hicieron el gol de milagro. El ‘submarino amarillo’ de Setién demostró otra vez que está mucho más trabajado que el Madrid de Ancelotti. Muchas combinaciones entrecortadas de los madridistas, frente a la clarividencia de los atacantes locales, hasta que Chukweze hizo el segundo después de que el Villarreal hiciese lo que le dio la gana en el área madridista.

En la segunda parte, el Madrid consiguió cambiar el chip y darle la vuelta a la eliminatoria, aunque no sin esfuerzo. Muy voluntarioso pero sin ideas claras en tres cuartos de campo, con combinaciones exageradamente largas y juego enrevesado. Así hasta que lograron dejar a Vinicius solo en el área frente a Jorgensen para batir por bajo al guardameta con toda la tranquilidad del mundo. Mientras, el Villarreal intentaba achicar balones y restablecer la disciplina del primer tiempo, pero no lo logró.

El Madrid se reactivó por completó y empezó a apretar arriba con sentido por primera vez en muchos partidos. Revitalizado, con un nuevo soplo de vida y 35 minutos por delante para remontar, lo siguió intentando hasta conseguirlo. Primero llegó otro aviso de Vinicius, que casi saca partido a un error de Jorgensen, y después llegó el gol de Militao, que recogió un rechace del cancerbero local a remate de Asensio para igualar el choque a falta solo de 20 minutos. Siguió el conjunto merengue, y casi encuentra el tercero en un centro-chut de Camavinga que no encontró puerta ni alcanzó a Benzema.

El vigente campeón de Liga mejoró muchísimo su imagen gracias a los cambios, especialmente el de Ceballos. Tanto influyó su cambio, que fue el sevillano el que hizo el gol final a falta de cinco minutos tras un gran pase de Asensio, que rescató un balón que parecía perdido en línea de fondo para asistir a Ceballos. Poco tiempo para reaccionar, y el Villarreal quedó noqueado. El Madrid supo rebuscar en su interior, y sacó su mejor versión, la ganadora, la que remonta sin importar los obstáculos, para seguir vivo en la Copa del Rey.