Victoria pírrica y engañosa del Atlético de Madrid ante el Levante (0-2) en un partido donde los hombres de Simeone estuvieron muy lejos de su mejor versión. El Levante, espoleado por su afición, llevó la voz cantante del encuentro pero se fue con las manos vacías después de dominar y asediar a los del ‘Cholo’, que no debe estar muy contento con la imagen de los suyos, pero sí con la tranquilidad que otorga avanzar de fase en la Copa del Rey.

La primera parte fue aburrida, muy aburrida. Y habría sido peor si no llega a ser por la voluntad y la entrega del Levante, que demostró por qué está peleando el ascenso a Primera División y por qué pudo deshacerse en la ronda anterior de un equipo de la máxima categoría como el Getafe.

Parecía que los rojiblancos se harían con el control, pero fueron los granotas los que encerraron por momentos al Atleti y generaron las mejores oportunidades del primer tiempo. A cambio, los ‘colchoneros’ apenas inquietaron a la zaga local, y ofrecieron una imagen y una actitud deplorables para un equipo con su presupuesto y su calidad individual.

Ni siquiera el susto del gol anulado por falta sobre Oblak, que además fue cuánto menos discutible, hizo que Griezmann, Morata y compañía pasasen del medio campo. Y cuando lo hicieron, lo lograron sin apenas peligro, y sin demostrar ganas reales de jugar y de ganar. Una mezcla de pasotismo, pereza y falta de frescura e ideas que no fue a más por la entidad del rival y por esa pizca de fortuna que todos los grandes equipos demuestran tener en estas instancias.

Algo tuvo que decirles Simeone a los suyos en el descanso, porque su actitud, su garra y su intensidad fueron completamente distintas. Tanto fue así, que apenas tardaron cinco minutos en conseguir el primer gol del encuentro. Tras varias jugadas de presión asfixiante y buenas combinaciones sin premio, Correa encontró un balón suelto en la frontal, gambeteó para dejar tirado en el suelo al defensa granota, y abrió a banda para la entrada de Llorente. El ex madridista cruzó el balón y encontró en el segundo palo a Morata, que solo tuvo que empujarla para dar tranquilidad y empaque a los suyos.

Sin embargo, esa tranquilidad derivó en relajación, y el Levante lo intentó aprovechar. Los locales, alentados por el Ciutat de València, le fueron comiendo terreno a los rojiblancos poco a poco, con el paso de los minutos, aunque el Atleti, ya por delante, no parecía tan incómodo como en la primera parte. Aun así, hubo momentos de auténtico pánico en la zaga colchonera, mientras los centros cruzados de los levantinistas se sucedían ante los ojos de Oblak.

Pasaban los minutos, y ese peligro permanente no se concretaba en ocasiones reales y claras, ya que los rematadores del Levante no encontraban el resquicio necesario en la poblada defensa atlética para armar un buen remate o conectar un cabezazo certero. Puro ‘cholismo’ el del Atleti, pragmático y bien blindado para evitar lo sucedido en Liga el fin de semana con el Almería. Tanto falló el Levante, que fue Marcos Llorente quien encontró el gol de nuevo para los colchoneros, para alegría y alivio de su entrenador y afición. Sobrevivió el Atleti y ya está en cuartos, ronda que no alcanzaba desde hacía cuatro temporadas.