La mala fama precede a según qué porteros si de lo que se habla es de errores de bulto y desconexiones periódicas y recurrentes. Ese es el caso del internacional español David de Gea, protagonista de grandes noches, pero también de cantadas como la del viernes ante el Everton.

Se enfrentaban Manchester United y Everton en una eliminatoria de FA Cup, y los 'diablos rojos' mandaban ya en el marcador gracias al tempranero gol del brasileño Antony. Sin embargo, en el minuto 14 empataron los 'toffees' gracias a un gol muy afortunado de Conor Coady, que remató un balón al área que llegaba muy forzado desde línea de fondo, y que pilló a De Gea despistado.

Tan despistado que no pudo reaccionar a tiempo al balón, que venía con potencia, y no pudo cerrar las piernas a tiempo. Estaba cubriendo su palo a la espera de un centro que fue más disparo que asistencia, y que rebotó en sus piernas para quedar muerto a su espalda. Para cuando quiso girarse, Coady se había adelantado a la defensa del United, y el gol era inevitable. La cara de incredulidad del portero español lo dice todo.

Por suerte para De Gea, su equipo fue capaz de reaccionar, y también tuvo la fortuna de su parte, ya que el propio Coady anotaría después un gol en propia meta. El 3-1 final permitió a De Gea respirar, pero el susto y el mal sabor de boca por un fallo que se hizo viral en cuestión de minutos siempre quedarán ahí.